EVANGELIO DE MATEO

EVANGELIO DE MATEO
TODOS VERÁN AL HIJO DEL HOMBRE VENIR SOBRE LAS NUBES DEL CIELO CON GRAN POTENCIA Y GLORIA (MATEO 24:30)

jueves, 30 de junio de 2016

HUÉSPEDES ILUSTRES







DEL CIELO A LA TIERRA

HE ESCRITO EL 30 DE JUNIO DE 2016:

ANTONIO URZI HA FILMADO UNA ASTRONAVE DE LUZ.

LO HEMOS DICHO Y LO REPETIMOS POR ENÉSIMA VEZ.

HUÉSPEDES ILUSTRES QUE NO SON DE ESTE MUNDO VISITAN LA TIERRA.

¡NOSOTROS SABEMOS!

NOSOTROS SABEMOS QUIÉNES SON, DE DÓNDE VIENEN Y QUÉ QUIEREN.

ESPERAMOS QUE ALGÚN DÍA VOSOTROS TAMBIÉN TOMÉIS CONCIENCIA DE ESTA GRAN VERDAD.


Sant’Elpidio a Mare (Italia)
30 de Junio de 2016
Giorgio Bongiovanni

Mensaje Adjunto:

28-06-16 ¡Nosotros existimos!





martes, 28 de junio de 2016

APOCALIPSIS DE JUAN: LAS DOS BESTIAS






DEL CIELO A LA TIERRA
Crop Circle aparecido en Inglaterra el 23 de Junio 2016

LA APERTURA DEL OJO DEL ESPÍRITU FAVORECERÁ LA COMPRENSIÓN DEL SIGUIENTE MENSAJE:

APOCALÍPSIS DE JUAN: LAS DOS BESTIAS

LA BESTIA QUE VIENE DEL MAR Y LA QUE VIENE DE LA TIERRA (Apocalípsis, cap. 13).
EL TIEMPO DEL ANTICRISTO ESTÁ EN CURSO Y EL ANNO DOMINI 2016 SIGUE EXALTANDO LA GLORIA INFERNAL DEL PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO.

¡PERO LLEGA EL TIEMPO DE NUESTRO SEÑOR!

¡LLEGA EL TIEMPO DE LA PURIFICACIÓN Y DE LA RESURRECCIÓN DE TODAS LAS ALMAS QUE HAN RESPONDIDO SI A LA LLAMADA DE CRISTO!

LOS SIGNOS CELESTES SE MANIFIESTAN A TODOS Y LOS PLANES DEL PADRE ADONAY ESTÁN EN PLENA EJECUCIÓN.

PRONTO LOS 4 CABALLEROS DEL APOCALÍPSIS (AGUA, AIRE, TIERRA Y FUEGO) HERIRÁN DE MUERTE AL DRAGÓN Y A LA BESTIA QUE HABLAN EL MISMO IDIOMA. TAMBIÉN SE VERÁN GOLPEADOS NUMEROSOS DE SUS SEGUIDORES, RICOS Y POBRES ESCLAVOS SUYOS Y SÚBDITOS. (Apocalípsis, cap. 19 y 20).

LA HIDRA SANGRANTE REACCIONARÁ CON FEROCIDAD Y ESCUPIRÁ VENENO SOBRE LA TIERRA Y SOBRE LOS HIJOS DE DIOS EN MISIÓN POR EL MUNDO Y ENTONCES APARECERÁ EN EL CIELO Y EN LA MADRE TIERRA EL ARCÁNGEL DE LA CELESTE JUSTICIA QUIEN, CON SU ESPADA, CORTARÁ LA CABEZA DEL DRAGÓN Y DE LA BESTIA, Y ASÍ SERÁ QUE APARECERÁ EN EL CIELO EL SIGNO DEL HIJO DE DIOS, JESÚS EL CRISTO, DESPUÉS DEL CUAL ÉL SE MANIFESTARÁ A TODA LA HUMANIDAD CON GRAN POTENCIA Y GLORIA PARA EL JUICIO FINAL Y LA INSTAURACIÓN DEL REINO DE DIOS EN LA TIERRA.

EL TIEMPO HA LLEGADO Y EL AÑO 2017 SERÁ EL INICIO DEL FIN DEL IMPERIO DEL PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO.

BIENAVENTURADOS LOS ELEGIDOS, LOS JUSTOS Y TODOS LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD PORQUE HEREDARÁN EL NUEVO CIELO Y LA NUEVA TIERRA.
¡LEED! ¡MEDITAD Y DEDUCID!
¡PAZ!

DEL CIELO A LA TIERRA

Sant’Elpidio a Mare (Italia)
26 de Junio de 2016

EN FE
Girogio Bongiovanni

Mensaje adjunto:

- La bestia que viene del mar y la que viene de la Tierra (Eugenio Siragusa)


Crop circle aparecido en Inglaterra el 23 de Junio 2016

Este círculo de trigo ha aparecido en Inglaterra en el día de ayer, día de la votación por el referendum sobre el “Brexit”. 

Son dos tiburones que se comen entre ellos. Creo que es un simbolismo muy claro de la lucha intestina al poder que está debilitando al anticristo y de cuya inesperada salida de Gran Bretaña de la Unión Europea no es más que otra importante señal. En si los cuerpos de los mismos tiburones están divididos en tres partes y esto también me hace acordar de a profecía de Daniel del sueño de Nabucodonosor en la que el último imperio que dominará el mundo estará compuesto de partes aparentemente unidas pero cuya unión real es imposible, de la misma forma que es imposible amalgamar en forma sólida el hierro con la arcilla:

Daniel Cap 2, 41 – 45:
“...Y lo que viste, los pies y los dedos, parte de barro de alfarero y parte de hierro, será un reino dividido; pero tendrá la solidez del hierro, ya que viste el hierro mezclado con barro corriente. Y así como los dedos de los pies eran parte de hierro y parte de barro cocido, así parte del reino será fuerte y parte será frágil. En cuanto al hierro mezclado con barro corriente que has visto, se mezclarán mediante simiente humana; pero no se unirán el uno con el otro, como no se mezcla el hierro con el barro. En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre, tal como viste que una piedra fue cortada del monte sin ayuda de manos y que desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha hecho saber al rey lo que sucederá en el futuro. Así, pues, el sueño es verdadero y la interpretación fiel”.

Además las siguientes palabras de Jesús podrían aplicarse a lo antes mencionado, por más que hayan sido pronunciadas por el Maestro en un contexto diferente, cuando lo acusaban de ser el rey de los demonios:

Lucas Cap 11, 17 - 18: 
“Pero conociendo Él sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma, se derrumba. Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino?”

De todos modos me parece que la simbología profética, mística y espiritual se encuentra perfectamente expresada en el círculo de trigo que justamente indica una de las señales de la caída del último imperio y de la inminencia de la instauración del Reino de Dios en la Tierra.

Pier Giorgio Caria
24 de Junio 2016

viernes, 24 de junio de 2016

MEMORIAM POSTERIS




DEL CIELO A LA TIERRA




HE ESCRITO EN EL ANNO DOMINI 22 JUNIO 2016:
MEMORIAM POSTERIS

¡CONTAR TU VERDAD CUESTE LO QUE CUESTE!

HAN PASADO 27 AÑOS DESDE AQUEL DÍA INOLVIDABLE Y ETERNO.

EL DÍA QUE HA DADO A MI EXISTENCIA UNA CERTEZA DE VIDA QUE POCOS O CASI NADIE, INCLUIDO YO, HABRÍAN PODIDO IMAGINAR NUNCA: LA ALEGRÍA DE EXISTIR, DE AMAR, DE SENTIR EN CADA CÉLULA DE TU CUERPO EL SENTIDO DE LA JUSTICIA, POR LOS QUE SUFREN, POR LOS QUE LLORAN PORQUE DESEAN VIVIR Y UNOS POCOS TIRANOS SE LO IMPIDEN.

LA AMISTAD DEL AMOR, VIVIR LA FRATERNIDAD, BUSCAR AL HERMANO PORQUE TIENES QUE "AMARLE COMO ÉL NOS HA AMADO" (Juan 15,9). UNA VERDAD QUE ES DIFÍCIL TRANSMITIR A LOS QUE AMAS, A LOS AMIGOS, A. MILLONES DE PERSONAS EN EL MUNDO, A TODOS.

UNA VERDAD POR LA QUE TIENES QUE PAGAR EL PRECIO DEL DESCRÉDITO, DEL JUSTO ESCEPTICISMO Y, SOBRE TODO, DE LA PERSECUCIÓN INTELECTUAL.

HOY, GRACIAS A LOS MÁRTIRES DEL RENACIMIENTO, DE LA FILOSOFÍA, DE LA JUSTICIA Y DE LA LIBERTAD, NO HAY HOGUERAS NI CÁRCELES QUE CASTIGAN EL DELITO DEL PENSAMIENTO, DE LA FE Y DE LA HEREJÍA. PERO EXISTEN LOS LIBELISTAS DEL REY, LOS NUEVOS MOCENIGO (acusador de G. Bruno) Y LOS NUEVOS MORANTE (acusador del Conde Alessandro Cagliostro, que no hay que confundir con el falso conde Giuseppe Bálsamo de Palermo).

HOY PUEDES GRITAR EN EL DESIERTO Y A LO MEJOR NADIE O POCOS TE ESCUCHAN MIENTRAS EL PODER DEL ANTICRISTO TE VE, TE CONTROLA Y TE SIGUE LISTO PARA GOLPEARTE AL CORAZÓN.

PERO A PESAR DE TODO HOY, EN ESTE TIEMPO, DURANTE ESTA GENERACIÓN, MILES DE JÓVENES, DE HOMBRES Y MUJERES EN EL MUNDO CONSUELAN MI CAMINO Y SALVAN CADA DÍA MI SER HUMANO DE LAS CAÍDAS QUE EL INCÓMODO PESO DE LA CRUZ TE PROVOCA.

¡LA VERDAD!
¡SI! ¡LA VERDAD QUE HE VISTO MANIFESTARSE SOBRE AQUELLA ENCINA EN FÁTIMA!
HE VISTO A LA MADRE DE CRISTO, Y LUEGO, CON EL TIEMPO, AL MISMO JESÚS CRISTO, EL MESÍAS - HIJO DE DIOS. TAMBIÉN HE VISTO A SUS ÁNGELES EN ASTRONAVE, SERES BELLÍSIMOS, HOMBRES, MUJERES Y ANDRÓGENOS. 

ENTIDADES MARAVILLOSAS PROVENIENTES DEL COSMOS INFINITO, QUE CONTIENE EN SU SENO 150.000.000.000.000 DE GALAXIAS, LA MÁS PEQUEÑA DE LAS CUALES ES NUESTRA VÍA LÁCTEA.

ES DIFÍCIL CREER EN MI VERDAD, LO COMPRENDO, Y ENTONCES INTENTO CON TODO MI SER QUE SEA CREÍBLE, CON MIS OBRAS Y MIS ACCIONES COTIDIANAS, LO QUE HE VISTO Y ESCUCHADO EN ESTOS 27 AÑOS DE ODISEA. TENIENDO CONCIENCIA DE QUE TAMBIÉN YO TENGO MIS DEBILIDADES HUMANAS Y MIS PECADOS.

LOS SIGNOS QUE LLEVO IMPRESOS EN MI CUERPO NO "SE DEBEN” A MI VOLUNTAD, SON VISIBLES PORQUE UNA INTELIGENCIA SUPERIOR, CRISTO, LO DESEA, DE MÍ HE PUESTO SÓLO LA COMPLETA DISPONIBILIDAD PORQUE ESTOY CONVENCIDO DE CONOCER AL ARTÍFICE DIVINO Y SÉ LO QUE QUIERE DE MÍ Y DE TODOS NOSOTROS.

LA VERDAD OS HARÁ LIBRES, NOS DIJO CRISTO Y ME SIENTO UN HOMBRE LIBRE Y ENAMORADO DE LOS JUSTOS. SI, PORQUE LOS JUSTOS ESTÁN TAMBIÉN EN ESTE ATORMENTADO MUNDO Y ES NUESTRO EL DEBER ESTAR CERCA DE ELLOS PARA TESTIMONIAR SU JUSTICIA.

SI EL DOCTOR FAUSTO ME PREGUNTARA: "…¿Y SI TODA LA HISTORIA DE TU VERDAD FUERA SÓLO UN CUENTO?" CONTESTARÉ: "MEJOR EL CREADOR DE UN CUENTO QUE TE HA DADO LA LIBERTAD Y TE HA HECHO AMAR A TU PRÓJIMO QUE SUSCRIBIR UN PACTO PERVERSO CON EL PADRE DE LA MATERIA Y DE LA MENTIRA QUE TE HA HECHO ESCLAVO".

EN FE
Giorgio Bongiovanni

Polcenigo-Pordenone (Italia)
22 de Junio 2016


Ponencia de Giorgio en la conferencia realizada en Austria el 14 de Mayo de 2016




Buenas tardes a todos. Empezamos esta nueva conferencia con la oración del Padre Nuestro, como lo hago en todo el mundo...

Queridos amigos y hermanos encontrarme aquí, en Austria, es una gran emoción para mi: siento muy fuerte vuestra vibración y os agradezco por esta hermosa armonía. Aprovecho la ocasión para agradecer con todo mi corazón a Dina, a Christian, a todo el grupo y a quienes contribuyeron con la organización de este fantástico evento. También me siento contento y emocionado porque estoy en la ciudad natal de uno de los genios más grandes de la historia de la humanidad: Wolfgang Amadeus Mozart. Y es precisamente a partir de él que me gustaría comenzar. Mozart no era de este mundo, nació en la Tierra y a través de la armonía de la música nos dejó un gran Mensaje. Él era un inadaptado, no se adecuó a nuestra generación, de hecho, la nuestra no es diferente a la de hace trescientos años, en todo caso ha empeorado. Desde entonces el hombre ha dado pasos gigantescos: los progresos científicos y tecnológicos que se han alcanzado en poco menos de cien años superan claramente los alcanzados en miles de años. Estamos en la Era Moderna (teniendo en cuenta los últimos dos mil años, desde que Cristo vino a la Tierra), donde el hombre no solo cree haber explicado todo, o casi todo, sino que incluso intenta demostrar que Dios no existe y quiere ocupar Su lugar. Es una época en la que la libertad es extrema y, a pesar del progreso, hay millones, miles de millones de personas que mueren a causa de las guerras y del hambre. Si bien hoy en día la inteligencia se ha desarrollado mucho el ser humano no ha mejorado su existencia; aún peor, a pesar de que el Hijo de Dios, el Mesías, Jesús Cristo se ha encarnado entre nosotros no solo se ha quedado atrás sino que se ha degenerado.

Más allá de que haya mucha buena gente que cuenta sus visiones y experiencias místicas en esta era del materialismo desenfrenado y de ciencia avanzada que tiene la aspiración de explicar todas las cosas no nos queda otra cosa que buscar a Dios en la Biblia y en los Santos. 

Comprendo perfectamente que en este contexto histórico es difícil creer en una persona común, desconocida que, después de haber renunciado a su actividad comercial, luego de veintisiete años se sigue presentando ante la gente, en la televisión y en los periódicos para decir: “He visto a Cristo”. Esa persona soy yo, os está hablando.

También he intentado ensimismarme en todos vosotros, que me estáis escuchando, y comprendo lo arduo que es, en un mundo lleno de estafadores y charlatanes, creer en un hombre que se presenta en Salzburgo y dice: “He visto a Cristo”. Yo no Lo he filmado, ni fotografiado, pero si Lo he visto. Todo lo que puedo mostrar son estas Señales Sagradas que, sin merecerlo, llevo en mi cuerpo y que Él quiere, y me impone, que muestre. No puedo volver atrás porque Lo he visto. Jesús de Nazarét resucitó y me habló, de la misma forma que me habló la Madre Santísima, pero sin estas señales yo habría obedecido igualmente y os habría dejado a vosotros la decisión de creerme o no.

Esto es lo que desea el Señor y no puedo hacer más que obedecerle. A pesar de que mi cuerpo material haga que me canse, porque el espíritu es libre, no estoy triste, soy muy feliz, me siento sereno, porque Lo he visto, me ha hablado de Su Padre, Adonay y del Universo en el que viven millones, miles de millones de hermanos. Me ha hablado de los mundos espirituales y de los materiales, de los hombres de la Tierra y del terrible destino, lleno de tinieblas, que les espera si no cambian; también me ha hablado de los hombres y mujeres de buena voluntad y de su destino, que será de luz. El destino de estos últimos será una Nueva Era de paz y, si bien Dios no destruirá el mundo por mérito de ellos, a través de Jesús Cristo Dios juzgará a la humanidad. Lo he visto y si no lo contara sería un cobarde. A veces tengo miedo de perder todo pero eso es algo que jamás podría ocurrir porque he renunciado a todos mis bienes y al dinero. Es difícil encontrar a Cristo y luego renunciar, pero Él me ha hecho la vida más fácil, me ha hecho vivirla sin tener nada. Incluso he renunciado a mis hijos pero ellos me siguen y para mí este es un gran regalo, hoy mi hijo mayor está aquí con nosotros. Mi familia es un milagro de Dios pero si Cristo me hubiera pedido que la dejara lo habría hecho porque Lo conozco, se quién es. Y lo que más me hace feliz, después de estos veintisiete años, es el hecho de que todos vosotros Lo veréis, Lo escucharéis, vosotros hombres de la Tierra tendréis el gran privilegio de abrazarlo nuevamente, de escucharlo.

 Jesús regresará pronto, se manifestará ante el mundo y juzgará a todos. ¡Preparaos! He venido a deciros esto: tomad el camino correcto, haced el bien, amad a Sus parvulitos... Él salvará a todos los niños pero muchos hombres se perderán. En este momento el Anticristo domina al mundo, compra las almas, organiza guerras, asesina a los niños, vende las armas, es el dueño del dinero y existen miles de millones de personas que lo siguen. Lamentablemente la Iglesia de Cristo, que es la nuestra, no logra derrotarlo porque también los hombres que pertenecen a ella se corrompen; esperemos que el Papa Francisco tenga la fuerza para cambiarla. Pase lo que pase, una guerra mundial, cualquier catástrofe, o la muerte de miles de millones de personas, no tenéis que preocuparos. Tenéis que rezar, tener fe y mirar todos los días por la ventana esperando el Retorno de Jesús Cristo, porque descenderá del Cielo y todos lo veremos hacerlo junto a Sus ángeles. Ese día descubriremos que los ángeles no son solo espirituales sino que viven en otros planetas y todos son servidores de Cristo. Por lo tanto ¡esperadlo! Jesús respeta todas las religiones y juzgará por las obras. En uno de los encuentros que tuve con Él, respondiendo a la pregunta que le hice: “-Señor ¿qué harás con los ateos, con quienes no creen en Ti, o que pertenecen a otras religiones?” Jesús me respondió: “-Hijo, a los ateos les diré: -'¿Has hecho obras buenas?' -'Si Señor'... '-En ese momento Yo no estaba en tu mente, no creías en mi, pero gracias a tus obras Yo estaba en tu corazón y en base a ellas te juzgaré'.” Y Jesús, el Mesías, agregó posteriormente: “A quienes profesen otras religiones les diré: -'¿Has hecho obras buenas?' -'Si Señor' -'Entonces has servido al único Dios que se manifiesta en formas diferentes. La llama es única, los aspectos son diferentes'.”

Por lo tanto haced obras, no tengáis miedo. Cuanto más obras hagáis más posibilidades tendréis de ser candidatos para entrar en el Paraíso terrenal, en la Nueva Era, en el Nuevo Reino de Dios que Jesús ha programado. Habiendo dicho esto, si podéis, si queréis, y si lo sentís en el corazón, convertíos en verdaderos cristianos, no en cristianos hipócritas y mentirosos. El Evangelio es el libro divino más grande que haya existido, el más avanzado si se lo compara con otros textos sagrados religiosos, como el Viejo Testamento, los textos sagrados de Oriente, o el Corán, a los que respeto. El Evangelio es único, supera a todos, porque en el mismo no hay guerras. Dios no combate con nadie, es una auténica instigación, un auténtico impulso, una imposición a la paz, a la hermandad. En todos los demás textos Dios ordena que se hagan guerras mientras que en el Evangelio Dios, a través de Su Hijo Jesús Cristo, no solo no lo hace. A Él le da el poder de vida y muerte sobre nosotros, de destruir al hombre, de liberarse cuando Lo arrestan, de defenderse cuando Lo torturan, ese poder gracias al cual, si quisiera, podría desencadenar una guerra y destruir a los hombres. “-'Mi Reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí'. Pilatos entonces le dijo: -'¿Eres un rey?’ Preguntò Pilatos a Jesús. 'Si lo soy, pero mi Reino no es de este mundo, si lo fuera mis ángeles, mis soldados me liberarían inmediatamente”.

 Jesús contaba con un ejército celeste de ángeles que podía eliminar a Pilatos y a todos los chacales que lo habían arrestado. En cambio este Hijo de Dios dejó que Lo arrestaran, encadenaran y luego dejó que Lo azotaran, que le desgarraran la piel, que Lo escupieran en la cara y que Lo condenaran a muerte. Por lo tanto Dios no es violento, ni vengativo. Dios es misericordioso pero también es justo porque Jesús en el Evangelio nos advierte: “Ahora me mataréis, me crucificaréis y gracias a mi muerte y resurrección salvaré vuestras almas. Pero cuando regrese – porque Jesús en el Evangelio habla de Su Segunda Venida – separaré el trigo de la cizaña, el bien del mal, condenaré a los perversos y premiaré a los beatos”. Pero ¡cuidado! Dios es misericordioso pero no tenéis que caer en el engaño de quienes afirman que perdona siempre y todo. Dios perdona siempre cuando nos arrepentimos, pero tenemos que remediarlo haciendo el bien. Dios no perdona a quienes no se arrepienten, mucho menos a quienes toman la Comunión y que vuelven a caer en el pecado, o que luego se comportan peor que antes; tampoco perdona a quienes matan o violan a los niños, a quienes venden armas, droga, o a quienes quieren matar a la Madre Tierra. Dios nos salvará si nos arrepentimos y hacemos obras. Por lo tanto tenéis que seguir el Evangelio, a la encarnación del Amor Universal, que es la salvación, la última. ¡Hacedlo! ¡Hagámoslo! Todavía estamos a tiempo, no queda mucho. Hagámoslo con todo el corazón, con toda el alma, con todo nuestro ser, por nuestros hijos, por los hijos de nuestros hijos y por los hijos de los hijos de nuestros hijos. Gracias.

Si hay preguntas estoy a vuestra disposición.

P.: ¿Qué significan los estigmas para usted y para nosotros los católicos?

Giorgio: Los estigmas son la Señal de la crucifixión de Jesús Cristo, el Hijo del Dios poderoso, a quien nadie puede hacerle daño, nos sorprende porque le permite al hombre que le haga daño sin reaccionar, ni vengarse, y demuestra que la verdadera potencia, la potencia de todas las potencias es el Amor. Los estigmas son la Señal del Amor. En cambio nosotros, cuando alguien nos hace algo malo nos vengamos. Es un comportamiento humano, animal, pero no es amor. El amor es la no violencia porque incluso quien hace daño es eterno y, tarde o temprano, tendrá que cambiar, no tiene otra opción.

P.: Estoy muy contenta por haber tenido el honor de encontrarme con un espíritu tan elevado... Juan... Elías... Nosotros, los hombres, somos tan pequeños frente a estos seres. No tengo palabras...

Giorgio: Elías y Juan el Bautista son muy elevados, yo no. Yo soy como un niño al que Jesús le ha contado un cuento diciéndome: “Eres como Elías y Juan, pero no eres ninguno de ellos”, pero no es cierto, lo dice para darme ánimo, para que sea bueno.

P.: ¿Todos los días sangra de los estigmas?

Giorgio: También hoy por la tarde sangré. Ocurre muy seguido, desde hace veintisiete años.

P.: ¿Cómo recibió los estigmas? ¿Ocurrió cuando era niño?

Giorgio: El 2 de Septiembre de 1989 viajé hasta Fátima. En ese momento tenía una pequeña empresa de calzados, tenía una buena posición económica y estaba empezando mi carrera. Desde niño había sido un gran apasionado sobre la espiritualidad y la ufología, como explicó previamente Pier Giorgio Caria, ambos éramos discípulos del contactado siciliano Eugenio Siragusa, que fue mi maestro. A la edad de 26 años recibí una llamada. En la oficina en la que trabajaba y recibía a los clientes se me apareció una Señora Celeste y a partir de ese momento mi vida cambió radicalmente. En apenas cuatro meses dejé todo, cerré mi actividad y el 2 de Septiembre de 1989 fui hasta Fátima donde recibí estas Señales. La Virgen me dijo que tenía que viajar por todo el mundo y a partir de ahí he atravesado todo el planeta, he estado en Rusia donde conocí a Mijail Gorbachov, a la Reina de España y a muchas otras personas, a algunas ya ni las recuerdo. Los milagros que han ocurrido en mi vida no han sido solo las curaciones, incluso ha habido hechos físicos. Por ejemplo me invitaron a participar en un programa del primer canal de la televisión nacional de Ostankino, en Moscú, en el momento en que Rusia estaba por salir de la Unión Soviética, creo que he sido el primer hombre italiano, o hasta incluso el primer europeo, que hizo algo así. Como era Su voluntad, frente a un público de 150 millones de personas, di el mensaje que la Virgen María dio en el Secreto de Fátima junto al encarecido pedido de conversión y arrepentimiento de todos Sus hijos. Me dieron la posibilidad de hablar durante una hora en el canal ruso del partido comunista, inmediatamente después del noticiero. Este es otro milagro pero hay muchos más y sería muy largo contarlo aquí, necesitaríamos semanas para hacerlo.

P.: Querría hacerle una pregunta con respecto a la Cruz que apareció sobre la ciudad de San Petesburgo, cerca de la casa de Putin. ¿Cómo reaccionó Vladimir Putin?

Giorgio: Los Seres Celestes, ángeles y arcángeles, me han dicho que no tengo que aliarme con ningún poder político del mundo, si ellos lo dicen es voluntad de Jesús y esto significa que ningún poderoso y ningún Jefe de Estado del mundo son justos. Probablemente haya alguno bueno pero ninguno es justo porque todos están comprometidos con el poder del dinero y de las armas. Putin no es como los demás Presidentes rusos. Yo soy director de la revista Antimafia Duemila y, desde hace quince años, cotidianamente desarrollo la actividad de periodista junto a mi redacción: recopilamos información, hacemos investigaciones para encontrar las pruebas, para saber dónde está la verdad, que no siempre es fácil de identificar. En lo que respecta a Putin lo que puedo decir es que él se ha dado cuenta de que el Imperio Occidental lo está rodeando pero no le permitirá a nadie que invada su País. Con tal de impedirlo es capaz de lanzar sobre nuestras cabezas las decenas de ojivas nucleares que ya posee. Mi consejo espiritual a los jefes de Occidente es que no sean locos, dementes, delirantes, descabellados, creyendo que podrían llegar a atacar a Rusia. Yo aconsejo el diálogo, la búsqueda de un camino para alcanzar la paz, el mismo No a la guerra proclamado por el Papa. Según mi opinión el poder de Occidente está enfermo mentalmente y eso me preocupa, en el buen sentido de la palabra: en el 1917 la Virgen de Fátima exhortó a los hombres a que se arrepientan, a que pidan perdón por los pecados cometidos y que pudieran llegar a cometer, advirtiendo que de lo contrario Rusia se convertiría en el brazo con el cual Dios castigaría a la humanidad.

P.: ¿Podría ser que Dios ama incluso al Anticristo, ya que originalmente es una parte de Sí mismo?

Giorgio: Dios ama a todos, incluido el Anticristo, pero a él le ha dado la función que el Anticristo quiere cumplir: odiar. Todos tienen que cambiar, algún día él también lo hará. Por ahora es un instrumento de prueba: Dios se sirve de él para probar a todos los hombres, para ponerlos a prueba. Nosotros tenemos que negarnos ante su ofrecimiento y seguir a Jesús de Nazarét, el Mesías, es decir, a Cristo.

P.: Cuando llegue el Juicio Universal todos los hombres serán juzgados. Sin embargo hay algunos hombres que hacen daño, que cometen acciones discutibles porque tienen problemas de fondo que derivan de experiencias negativas vividas en el pasado. Según mi opinión Dios es amoroso y misericordioso y estas personas serán perdonadas.

Giorgio: Dios perdona. Las personas que hacen daño a causa de sus problemas interiores del pasado son perdonadas si se dan cuenta de ello, se arrepienten y cambian. En cambio las personas que hacen daño por razones de poder, para aplastar al prójimo, para engañar, para conquistar los pueblos a través de la guerra, de la tortura, que destruyen a las personas, o que matan a los niños, no serán perdonadas, serán echadas de este mundo para siempre porque desafían a Dios y no merecen Su Reino. Ha habido Presidentes que a la mañana se arrodillaban con sus Ministros, rezaban a Dios y Le agradecían por haberles dado el poder de lanzar caza bombarderos, bombardear ciudades enemigas, asesinar a miles de civiles, niños y ancianos incluidos. En Italia también ha habido jefes mafiosos que mataban a los niños, o a los jóvenes y que le decían a sus soldados: “Dios quiere que yo mate”. A estas personas, a los narcotraficantes, a los embusteros, a los que usan a Dios, a Cristo, a los dioses para hacer daño, les digo: “En verdad no serán perdonados”. Nosotros caemos en el error si pensamos que Dios perdona todo porque hay una condición: el arrepentimiento, de lo contrario Dios no perdona. Mi Dios es Jesús Cristo que perdona a quien se arrepiente y se deja matar por amor por nosotros, pero no perdona los pecados en contra del Espíritu Santo. Eso es Dios. Nosotros somos todos pecadores pero tenemos que arrepentirnos y pasar a ser disciplinados, cambiar. Si no lo hiciéramos no seremos perdonados. Yo deseo un Dios justo, soy enemigo del Dios injusto, amigo de los poderosos, que justifica al poder y que acepta la corrupción. Y ahora quiero lanzar una provocación: Yo no creo en Dios. Yo creo en Él porque he conocido a Jesús Cristo, de lo contrario no habría creído. He estudiado todos los Textos Sagrados y no me gusta mucho ese Dios que apoya a los ricos, que jamás interviene por los pobres, que le da poder a quien tiene más dinero, a los dictadores... Luego llegó Jesús Cristo y me dijo: “-Te has equivocado, estás en el error. Mirame, Yo y mi Padre somos una misma cosa”. Entonces yo le digo: “-Este es mi Dios porque es amigo de los pobres, cura a todos los enfermos, señala a los corruptos. Cristo se deja matar por nosotros para salvar a Sus amigos, a pesar de que no lo merezcamos y nosotros tenemos que estar eternamente agradecidos a este joven, a este maravilloso y eterno chico de Nazarét”.

P.: ¿Se puede dar ayuda y amor aunque sea en silencio, o hacer curaciones a los demás como hace usted?

Giorgio: Claro que si, se puede con la oración, con la fe pero es mejor hacerlo con las acciones, con las obras. Nosotros tenemos que ayudar a quienes no tienen nada, esto también es un milagro y sea como sea lo que importa son las obras.

P.: ¿Puedo, como cristiano, reflexionar y hacerme preguntas sobre la reencarnación?

Giorgio: La reencarnación es una ley de vida, no un motivo de fe. Creer o no no es un problema. Sería como creer o no en la existencia del sol: a él le importará muy poco y de todos modos iluminará a todos. Entonces puedes, hasta incluso, no creer en la reencarnación porque después de la muerte de todos modos te reencarnarás. Es una escuela de vida, no podemos pretender ir a la universidad si hemos hecho solo la escuela primaria. De esto también se habla en el Evangelio, no solo en las religiones orientales. Se habla cuando el Arcángel Gabriel se aparece a Zacarías, el futuro padre de San Juan el Bautista y le anuncia: “... tu mujer Elisabeth te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento. Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. E irá delante de Él en el espíritu y poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1, 13). Zacarías, que era un maestro espiritual, no fue incrédulo ante la aparición sino a la promesa del Arcángel: se preguntó cómo podrían tener un hijo si él y su mujer tenían una edad avanzada y le pidió una señal para creer. Entonces el Arcángel le respondió: “Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo”. Como os decía anteriormente, Dios es misericordioso pero de vez en cuando se enoja y tiene toda la razón de hacerlo. Quinientos años antes de Cristo el espíritu de Elías se había encarnado en el profeta Elías, comía, bebía, hacía milagros. ¿Cómo podría haber sido Juan el Bautista? Nosotros no tenemos que ser hipócritas, ni falsos, tenemos que ser católicos con la mente abierta y decir la verdad: se llama reencarnación y es una escuela de vida. Y repito: no es materia de fe, ni de creencia, ni tampoco es pecado.

P.: ¿Podrías explicar sinteticamente el Secreto de Fátima?

Giorgio: El mensaje de Fátima anuncia una catástrofe para la humanidad, la Segunda Venida de Cristo para la salvación de la humanidad, el encuentro con los seres extraterrestres y la crisis de la Iglesia Católica.

P.: ¿De qué forma tenemos que entender el amor por el prójimo, en el momento que las personas que sufren en muchas partes del mundo (África, Asia, etc.) quieren venir a nuestros Países? ¿De qué forma lo tenemos que hacer sin tener en cuenta el aspecto político? Me refiero a los inmigrantes.

Giorgio: Yo no conozco bien la historia de Austria, pero conozco perfectamente la historia de Italia, de mi País, uno de los siete Países más ricos del mundo. Nosotros, los italianos, hemos sido inmigrantes en Argentina, en los Estados Unidos de América, en Alemania, en Francia, en Austria, etc. Aquí llegamos sin nada y nos recibieron. Obviamente no estábamos solos, en nuestros barcos también se escondían delincuentes y mafiosos, antes de nuestra llegada la mafia no existía en América. Claro está que recibir a todos es un riesgo pero también tenemos que tener presente, siempre, sin olvidarlo jamás, que esta gente se escapa de Países destruidos por las guerras, por la miseria y por el hambre porque nosotros los hemos dejado en esas condiciones. Nuestras y vuestras multinacionales les han robado el petróleo, los diamantes, el gas, sus recursos naturales, todo lo que era de su propiedad y cuando intentaron defenderse nosotros, los occidentales, les hemos impuesto dictadores al poder. Entonces somos nosotros los que tendríamos que escapar, arrepentirnos, pedirles perdón y permitirles que recuperen sus recursos. Pero no lo haremos, los echaremos, o los recibiremos mal y en cambio cuando Cristo regrese nos dirá a cada uno de los europeos: “-Le has robado el alimento y la vida a tu hermano del sur. ¿Te arrepientes?” Dejo a vosotros la respuesta. Esta es la verdad, si hay algún experto político en la sala le pido que me demuestre lo contrario. Europa no tiene recursos, nuestras riquezas han sido extraídas de esas tierras, luego les hemos vendido a ellos nuestras armas y organizado las guerras. Nosotros no merecemos ser perdonados.

P.: ¿Cómo tenemos que comportarnos? ¿Tenemos que dejar de usar el coche para no utilizar el petróleo de esos Países?



Giorgio: No, no quiero decir esto. Nosotros los tenemos que recibir como hermanos, como quienes nos han enriquecido, que nos han dado todo el bienestar del cual gozamos y encontrarles un lugar decente para vivir con nosotros. Nosotros tenemos nuestras fuerzas policiales, los carabinieri, el ejército para identificar y echar a los delincuentes, pero la mayoría son personas a las que les hemos robado todo tipo de riqueza. Lo mínimo que podemos y que tenemos que hacer es recibirlos, si no lo hacemos algún día Dios enviará a alguien que llevará a Europa, a Italia, a Austria e inclusive a Alemania a la miseria y nos echará porque hemos sido ingratos. Frente a Dios nos conviene recibirlos, si no lo hiciéramos Dios podría enojarse y con un chasquido de dedos arrasarnos al suelo con un terremoto o un tsunami. Si desafiamos a ese Dios que nos ha dado tanto bienestar Él nos castigará. Cuando Jesús curaba las enfermedades a los pecadores les decía: “Ahora no vuelvas a pecar, sino te ocurrirá algo peor”. Nosotros estamos enfermos de materia: Cristo hizo imposición de manos sobre nosotros y nos dijo: “Yo os curo pero no volváis a pecar, si no os haré morir”. La mayoría son buena gente y nosotros tenemos que recibirlos con amor. Si en medio de ellos entran además algunos delincuentes tenemos que combatirlos, arrestarlos, la policía italiana, austríaca y alemana son unas de las mejores del mundo. Yo soy siciliano y en mi tierra existe la mafia más terrible del mundo. Toda la región cuenta con cinco millones de habitantes, de los cuales diez mil son mafiosos, poderosos, terribles, si razonáramos de la misma forma tendríamos que cortar todo tipo de relaciones con la Sicilia y no permitirle a los sicilianos que viajen. En medio de tantos inmigrantes puede llegar a haber también delincuentes, asesinos y vendedores de droga pero la mayoría es gente que no tiene nada. 

jueves, 16 de junio de 2016

LOS LATIGAZOS DEL TIRANO HERODES A PALESTINA




DEL CIELO A LA TIERRA




HE ESCRITO EL 16 DE JUNIO DE 2016:

LEED ESTA NOTICIA Y DECIDME SI ES ANTISIONISMO CONSIDERAR NAZIS ESTE TIPO DE ACCIONES DEL GOBIERNO ISRAELÍ EN CONTRA DEL PUEBLO PALESTINO.

ESPEREMOS QUE EL SENTIDO COMÚN Y LA HUMANIDAD QUE CARACTERIZAN A MUCHOS CIUDADANOS ISRAELÍES INTERVENGAN EN CONTRA DE SU GOBIERNO PARA PONER LAS COSAS EN SU LUGAR: DARLE EL AGUA Y, SOBRE TODO, EL TERRITORIO Y UNA NACIÓN AL PUEBLO DE PALESTINA.

Giorgio Bongiovanni

Vigo (España)
16 de Junio de 2016 



Mensajes adjuntos:

- 11-10-15 Jerusalén rodeada de ejércitos (Lucas 21, 20) 

- 22-07-14 El exterminio de Gaza y la guerra en ucrania son la puerta abierta del Apocalípsis

- 09-07-14 El hermano contra el hermano

- 20-11-12 Israel gobernada por Herodes

- 22-03-11 ¡El pueblo elegido por Dios desobedece con violencia!

- 17-04-11 Vittorio Arrigoni, un justo pacifista

- 05-01-09 Palestina-Israel. Año 2009 

- 27-11-07 ¡Imágenes que hablan!

- 22-07-06 Mensaje para nuestros amigos y hermanos

- Julio 1987. Sin espíritu racista, sino con amor fraternal (Eugenio Siragusa)

NUBES LENTICULARES SOBRE EL ETNA




DEL CIELO A LA TIERRA


   NUBES LENTICULARES SOBRE EL ETNA


HE ESCRITO EL 16 DE JUNIO DE 2016:

NOSOTROS, LOS ALIENADOS, CREEMOS QUE LOS ALIENÍGENAS (ÁNGELES DE AYER, EXTRATERRESTRES DE HOY), HAN ATERRIZADO VARIAS VECES EN EL ETNA, DESDE SIEMPRE.

DESDE LA NOCHE DE LOS TIEMPOS.

NOSOTROS LOS HEMOS VISTO Y, SOBRE TODO, LOS VIO EUGENIO SIRAGUSA, SU MENSAJERO DEL SIGLO XX.

PRONTO LOS VERÁ EL MUNDO ENTERO.

EN FE.
Giorgio Bongiovanni

Vigo (España)
16 de Junio de 2016

Fotos tomadas el 14 de Junio de 2016 y publicadas en el periódico La Repubblica Palermo.it






domingo, 12 de junio de 2016

EL QUINTO EVANGELIO: EL APOCALÍPSIS DE JUAN




DEL CIELO A LA TIERRA


Pintura de Bruce Pennington: El Arcángel de la Justicia 


EL QUINTO EVANGELIO: EL APOCALÍPSIS DE JUAN.

LAS PROFECÍAS DEL PADRE ADONAY A TRAVÉS DEL APÓSTOL JUAN.

EN LAS VISIONES PROFÉTICAS ADJUNTAS LEERÉIS LOS ACONTECIMIENTOS QUE ESTÁN EN CURSO Y LO QUE TIENE QUE OCURRIR EN EL PLANETA TIERRA EN EL PRÓXIMO FUTURO.

LAS PROMESAS SERÁN MANTENIDAS Y EL REINO DE DIOS SERÁ ESTABLECIDO EN VUESTRO MUNDO GRACIAS A LA SEGUNDA VENIDA DE JESÚS CRISTO EL MESÍAS, HIJO DE DIOS.

AQUELLOS QUE TIENEN ABIERTO EL TERCER OJO SERÁN INTÉRPRETES IDEALES DE LOS SÍMBOLOS Y DE LAS VISIONES DEL APÓSTOL PREDILECTO RECIBIDOS EN PATMOS. NOSOTROS, EN SÍNTESIS, PODEMOS CONFIRMAR CON ABSOLUTA CERTEZA QUE EL APOCALÍPSIS DE JUAN ANUNCIA EL JUICIO DE DIOS, LA SEGUNDA MUERTE PARA LOS PERVERSOS, LAS ACCIONES DE LOS 4 JINETES (AGUA, AIRE, TIERRA Y FUEGO), EL TRASTORNO DEL MUNDO, LA VENIDA DEL ANTICRISTO, LA OBRA DE LOS DOS TESTIGOS, EL CONTACTO ENTRE LOS SERES CÓSMICOS Y LOS HOMBRES DE LA TIERRA Y FINALMENTE EL DESCENSO A LA TIERRA DE LA CELESTE JERUSALÉN CON LA GLORIA DE CRISTO Y DEL PADRE.

¡LEED! MEDITAD Y DEDUCID.
¡PAZ EN LA TIERRA!

Polcenigo (Pordenone - Italia)
10 de Junio de 2016
19:40 hs.
Giorgio Bongiovanni



LAS VISIONES APOCALÍPTICAS DE JUAN

4 - La adoración celestial (Ap. 4)
Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.
El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.
Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”.
Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”.

5 - El rollo y el Cordero (Ap. 5)
Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?”
Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
Y uno de los ancianos me dijo: “No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos”.
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: “Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”.
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”.
Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos”.
Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.

6 - Los sellos (Ap. 6)
Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: “Ven y mira”.
Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.
Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: “Ven y mira”.
Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.
Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: “Ven y mira”. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.
Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: “Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino”.
Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: “Ven y mira”.
Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.
Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.
Y clamaban a gran voz, diciendo: “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?”
Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.
Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: “Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”

7 - Los 144 mil sellados (Ap. 7)
Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: “No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”.
Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
De la tribu de Judá, doce mil sellados.
De la tribu de Rubén, doce mil sellados.
De la tribu de Gad, doce mil sellados.
De la tribu de Aser, doce mil sellados.
De la tribu de Neftalí, doce mil sellados.
De la tribu de Manasés, doce mil sellados.
De la tribu de Simeón, doce mil sellados.
De la tribu de Leví, doce mil sellados.
De la tribu de Isacar, doce mil sellados.
De la tribu de Zabulón, doce mil sellados.
De la tribu de José, doce mil sellados.
De la tribu de Benjamín, doce mil sellados.

La multitud vestida de ropas blancas
Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: “La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero”.
Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: “Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén”.
Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: “Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido?”
Yo le dije: “Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”.
Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.
Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

8 – El séptimo sello (Ap. 8)
Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.
Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.
Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.
Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.

Las trompetas
Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.
El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.
Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.
El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas.
Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas.
El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche.
Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: “¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!”

9 – La quinta trompeta (Ap. 9)
El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.
Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.
Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.
Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.
Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre.
Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.
El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses.
Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.
El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto.

La sexta trompeta
El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: “Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates”.
Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.
Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.
Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre.
Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca.
Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.
Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

10 - El ángel con el librito (Ap. 10)
Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.
Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: “Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas”.
Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.
La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: “Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra”.
Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: “Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel”.
Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.
Y él me dijo: “Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.

11- Los dos testigos (Ap. 11)
Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: “Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio”.
Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.
Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.
Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.
Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará.
Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.
Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados.
Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra.
Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron.
Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.
En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo.
El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.

La séptima trompeta
El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”.
Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado”.
Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.

12 – La mujer y el dragón (Ap. 12)
Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.
También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

Guerra en el cielo
Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: “Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”.

Guerra en la tierra
Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.
Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.
Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río.
Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.
Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.

13 – Las dos bestias (Ap. 13)
Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.
Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.
Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: “¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?”
También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.
Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo.
Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.
Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.
Si alguno tiene oído, oiga.
Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón.
Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada.
También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.
Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió.
Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.
Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.

14 – El cántico de los 144 mil (Ap. 14)
Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.
Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas.
Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.
Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.

El mensaje de los tres ángeles
Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.
Otro ángel le siguió, diciendo: “Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”.
Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre”.
Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Oí una voz que desde el cielo me decía: “Escribe: 'Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen'.”

La tierra es segada
Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.
Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.
Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.
Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.
Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: “Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras”.
Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios.
Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.

15 – Los ángeles con las siete postreras plagas (Ap. 15)
Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.
Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios.
Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado”.
Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio; y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro.
Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos.
Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles.

16 – Las copas de ira (Ap. 16)
Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: “Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”.
Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.
El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar.
El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.
Y oí al ángel de las aguas, que decía: “Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas”.
Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen.
También oí a otro, que desde el altar decía: “Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos”.
El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego.
Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.
El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente.
Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su verg:uenza.
Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.
El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: “Hecho está”.
Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.
Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira.
Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.
Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.

17 – Condenación de la gran ramera (Ap. 17)
Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: “Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación”.
Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: “Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”.Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.
Y el ángel me dijo: “¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos.
La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será”.

Esto, para la mente que tenga sabiduría: “Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición. Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”.

Me dijo también: “Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas”.
Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.
Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.

18 – La caída de Babilonia (Ap. 18)
Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria.

Y clamó con voz potente, diciendo: “Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites”.
Y oí otra voz del cielo, que decía: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.
Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.
Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: 'Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto'; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.”

Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: “¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!”
Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres.
Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás.
Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: “¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas!”
Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: “¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?”
Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: “¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada!”
Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella.
Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: “Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada”.
Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti.
Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones.
Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.

19 – Alabanzas en el cielo (Ap. 19)
Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: “¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella”.
Otra vez dijeron: “¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos”.
Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: “¡Amén! ¡Aleluya!”
Y salió del trono una voz que decía: “Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes”.
Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: “¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!”
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.

La cena de las bodas del Cordero
Y el ángel me dijo: Escribe: “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero”. Y me dijo: “Estas son palabras verdaderas de Dios”.
Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: “Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.

El jinete del caballo blanco
Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.
Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: “El Verbo de Dios”.
Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: “Rey de Reyes y Señor de Señores”.
Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: “Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes”.
Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.
Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.
Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

20 – Los mil años (Ap. 20)
Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.
Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.
Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

El juicio ante el gran trono blanco
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

21 – Cielo nuevo y tierra nueva (Ap. 21)
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Y oí una gran voz del cielo que decía: “He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”.
Y el que estaba sentado en el trono dijo: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas”.
Y me dijo: “Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.

La nueva Jerusalén
Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: “Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero”.
Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.
Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.
Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.
El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.
No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

22 – El río de agua viva (Ap. 22)
Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

La venida de Cristo está cerca
Y me dijo: “Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”.
Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas”.
Pero él me dijo: “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”.
Y me dijo: “No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.
El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.
Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.
Y el Espíritu y la Esposa dicen: “Ven”. Y el que oye, diga: “Ven”. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.
El que da testimonio de estas cosas dice: “Ciertamente vengo en breve”. 
Amén; sí, ven, Señor Jesús.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.