lunes, 14 de mayo de 2012

TERCER MENSAJE DE FÁTIMA DE 1917









"No tengas temor querida pequeña. Soy la madre de Dios que te habla y te pide hagas público el presente Mensaje para el mundo entero. Haciendo esto encontraras fuertes resistencias. Escucha bien y presta atención a esto que te digo:

Los hombres deben corregirse. Con humildes súplicas deben pedir perdón de los pecados cometidos y que pudiesen cometer. Tú deseas que Yo dé una señal para que cada uno acepte Mis Palabras que Yo digo por mediación tuya al género humano. Has visto el Prodigio del Sol, y todos, creyentes, incrédulos, aldeanos, ciudadanos, sabios, periodistas, laicos, sacerdotes, todos lo han visto.

Y ahora proclama en mi Nombre:

Un gran castigo caerá sobre todo el género humano. No hoy, ni mañana, sino en la segunda mitad del siglo XX. Ya lo había revelado a los niños Melania y Massimino, en La Salette, y hoy lo repito a ti, porque el género humano ha pecado y pisoteado el Don que había hecho. En ningún lugar del mundo hay orden y el mal reina sobre los más altos puestos, determinando la marcha de las cosas. Él, efectivamente, logrará introducirse hasta la cumbre de la iglesia. Él logrará seducir los espíritus de los grandes científicos que inventan las armas, con las cuales será posible destruir en pocos minutos gran parte de la humanidad.

Tendrá en su poder a los potentes que gobiernan a los pueblos y los incitará a fabricar enormes cantidades de estas armas. Y si la humanidad no se opusiera a esto, estaré obligada a dejar libre el brazo de Mi Hijo. Entonces se verá que Dios castigará a los hombres con mayor severidad, tal como lo hizo con el diluvio.

Llegará el tiempo de los tiempos y el fin de los fines, si la humanidad no se convirtiera; y si todo continúa como ahora, o peor, se agraviase mucho más, los grandes y los potentes perecerán junto a los pequeños y a los débiles.

También para la iglesia llegará el tiempo de sus más grandes pruebas. Cardenales se opondrán a Cardenales, los Obispos a Obispos. El mal caminará por entremedio de sus filas y en Roma habrá cambios. Lo que está podrido caerá y lo que caiga ya no se levantará más. La iglesia será ofuscada y el mundo trastornado por el terror. Tiempo llegará en que ningún Rey, Emperador, Cardenal u Obispo, esperará a Aquél que sin embargo vendrá, pero para castigar según los designios de Mi Padre. Una gran guerra se desencadenará en la segunda mitad del siglo XX.

Fuego y humo caerán del cielo; las aguas de los océanos se volverán vapores y la espuma se elevará revolviendo y hundiéndolo todo. Millones y millones de hombres perecerán de hora en hora, y aquéllos que queden con vida envidiarán a los muertos. Por cualquier sitio por donde se dirija la mirada habrá angustia, miseria, ruinas en todos los países.

¿Ves?. El tiempo se acerca siempre más y el abismo crece sin esperanza. Los buenos perecerán junto a los malos, los grandes con los pequeños, los príncipes de la iglesia con sus fieles y los gobernantes con sus pueblos. Habrá muerte por todas partes por causa de los errores cometidos por los insensatos y por los partidarios del mal, el cual entonces y sólo entonces, reinará sobre el mundo. Por último, cuando aquéllos que sobrevivirán a todo evento estén aún con vida, proclamarán nuevamente a Dios y a Su Gloria y le servirán como en un tiempo, cuando el mundo no era tan pervertido.

Los Ángeles de ayer, son los Extraterrestres de Hoy. 
Seres Cósmicos visitarán la Tierra en el nombre de Dios

Ve, pequeña mía, y proclámalo. Yo, para tal fin, estaré siempre a tu lado para ayudarte".




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