sábado, 23 de febrero de 2013

LOS PETROGLIFOS DEL DIQUIS, COSTA RICA : UN SIG PRIMITIVO.


Guillermo Eladio Quirós Álvarez gquiros@yahoo.com


Fig. 1. Cuencas hidrográficas del suroeste de Costa Rica. Mapa construido con base en el de la página web: http://www.pz.una.ac.cr/sibrudes/WEB%20%Terraba.

Resumen

El análisis de 23 petroglifos dispuestos en 7 sitios arqueológicos ubicados sobre la Fila Grisera en el SO de Costa Rica, permite concluir que los amerindios habían desarrollado entre los años 800-1500d.C. una cultura organizada alrededor del agua como elemento central. Utilizaron el ángulo y la escala geométrica para construir un rudimentario sistema de información geográfica (SIG). Identificaron, ubicaron y describieron adecuadamente golfos, bahías, estuarios e islas, atendiendo a la dinámica de sus aguas. Indicaron nacientes, intensidad de caudales y zonas de abundante captura pesquera con base en la observación cuidadosa de fenómenos físicos relevantes. El modo racional de presentar los recursos hídricos y de ordenar sus villas en su hábitat, permite entender desde una perspectiva hidrológica que aquella cultura asomaba en el uso del método científico para describir su ambiente costero y sus recursos naturales marinos y continentales.

Presentación

Las evidencias arqueológicas alrededor de los petroglifos permiten establecer que los pueblos asentados el período tardío del Valle del Diquís estuvieron allí entre los años 800 a 1500 d.C. y se caracterizó por una forma de vida cacical agricultor especializado. Formaron culturalmente parte de la región Gran Chiriquí, de fuerte influencia Chibcha; pero lograron desarrollar su propia cultura diferenciada (Fonseca, 1996). Este grupo social se autodenomina Turucaca y Couto a la llegada de los españoles (testimonio de Vásquez de Coronado, en Fernández-Guardia, 1908).

Lo que más ha llamado la atención de esta región trascendiendo fronteras nacionales, son las esferas de piedra que se han interpretado como muestra de un avance tecnológico singular, pero no se había comprendido su propósito científico. Hay dos razones fundamentales para ello. Por un lado la ruptura drástica de su herencia milenaria, a causa de la desaparición de aquellos pueblos como consecuencia de las enfermedades contagiosas mortales introducidas por el europeo. Tan drástica que no permitió un proceso natural de herencia-aprendizaje. Por otro, la ausencia de la escritura formal que impidió la transmisión de los rasgos fundamentales en ausencia de sus gestores.

Los petroglifos emergen como un testimonio escrito que trasciende el tiempo y permite ayudar a comprender la verdadera estatura intelectual y el conocimiento adquirido por aquella cultura. Tal como expone Fonseca (1996:166): …en este período, las sociedades antiguas costarricenses interactuaron con otras sociedades americanas….el resultado de unir sus propias fuerzas y capacidades…con otras sociedades …lo hizo partícipe de una cosmovisión…donde se enfatizaba la comunicación entre el hombre y el mundo, antes que entre el hombre y el hombre…se tenía un pensamiento analógico antes que causativo…en este sentido es lógico pensar que los objetos cargados de arte representativo pueden haber sido valorados de una manera difícil de conocer para nosotros…

Antecedentes

Hasta ahora la mayoría de los petroglifos hallados en América se refieren a figuras antropomorfas, fauna, flora, herramientas o motivos astronómicos. Pocos son los que evocan motivos abstractos y menos aún, un conjunto de estos que de forma sistémica expresen rasgos naturales.

En una reciente investigación realizada en el año 2002 se expone con detalle los petroglifos encontrados sobre el eje de la Fila Grisera al suroeste de Costa Rica (Sol-Castillo, 2001), en las coordenadas 8°56´N, 83°21´O. Esta posición corresponde al extremo sudoccidental de la Fila Costeña en la derivación de la Cordillera de Talamanca hacia el Pacífico Sur. Desde el sitio Buena Vista —denominado así por el panorama que domina-, se mira el Valle del Diquís y la cuenca del río Térraba. Constituye el lugar ideal geográficamente para establecer y ordenar desde ahí la ubicación y características de bienes y recursos naturales estratégicos, fundamento de una cultura que llegó a un buen nivel de conocimiento y manejo de las aguas continentales y oceánicas en 100km a la redonda.

El hecho de encontrarse a 350msnm ofrece un clima agradable, libre de la influencia de los molestos mosquitos propios de los humedales de la bajura y sobretodo, lejos de la amenaza e inestabilidad que representaban las inundaciones periódicas del Valle, fuente del limo que permitió una vasta agricultura (Quintanilla y Badilla, 2001).

Para emprender una adecuada comprensión de un subconjunto de petroglifos como el presente, hay que considerar principios de investigadores que han trabajado el tema por varios años en otras latitudes y cuyo conocimiento sirve de guía:

a. …para ellos las pictografías y petroglifos son la representación formal del proceso hacia una simbología fonética, por lo tanto, solo si se entiende el arte rupestre como una estructura dentro del leguaje, se puede acceder a su sentido y contenido (Uribe y Borda, 2004).

b….los diseños fueron realizados en códices y signos caracterizando la tradición de sus actores, reflejando a través de ellos, elementos ideológicos de un sistema mayor que con el paso del tiempo fueron variando (Braniff 1995:182).Dichos símbolos se encontraban en función con un sistema ideológico que fue creado, reproducido y determinado por un grupo de especialistas, como los shamanes y/o sacerdotes. El estilo en la elaboración de los motivos nos indican un determinado grupo social y no precisamente el arte que éste desarrollo, pues, en esta actividad no se realizaba el arte por el arte mismo. Estas manifestaciones no sólo nos remiten directamente a las funciones artísticas, debido a que podemos encontrar reflejados en ellas otros aspectos de la sociedad, como son: los sociales, religiosos, políticos y económicos (Schaafsa 1985:254, 259).Tomado de Torreblanca-Padilla, C.A. 2001.

Un sistema de información geográfica -SIG- (más conocido por las siglas G.I.S. en inglés) es una representación mediante símbolos de la distribución espacial de las características de infraestructura, o naturales o sociales de una región, posible en los últimos 20 años mediante ordenadores. Hasta ahora no conozco el uso de un SIG en una cultura precolombina. Cardona y Wise (CIARQ, Perú) refieren un pseudosistema de ordenamiento territorial en Arequipa: estas evidencias están mostrándonos la existencia de una red de comunicación y transporte que se extiende regionalmente, e impulsa la circulación de bienes económicos e ideológicos en la Subregión Norte del Centro Sur Andino, articulándola y dándole movimiento.

Sobre las formas encontradas, el trabajo de Pérez-Franco (2000) en la provincia Chiriquí, Panamá; limítrofe con esta cultura, refiere una simbología similar cuyos glifos indican una estrecha relación cultural entre pueblos vecinos, los cuales compartían un tronco común Chibcha y pertenecía a la misma región cultural (Chiriquí), lo cual coincide con los resultados de las investigaciones arqueológicas de Linares et al (1980).

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