viernes, 26 de abril de 2013

VOLCÁN VIOLENTO BAJO EL PARQUE NACIONAL YELLOWSTONE.



El maravilloso Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos, puede parecer tranquilo, pero lo que muchos no saben es que está situado sobre un violento volcán. Ahora, los geólogos han identificado las aéreas del parque con más posibilidades de volver a entrar en erupción.

Según un nuevo estudio, lo más probable es que la próxima gran erupción de Yellowstone tenga lugar en una de las tres zonas de fallas paralelas que atraviesan el parque de norte a noroeste.

Dos de estas zonas produjeron grandes ríos de lava la última vez que se activó el supervolcán (hace entre 174.000 y 70.000 años), mientras que la tercera protagonizó los temblores más frecuentes en los últimos años.

Saber esto ayudará a los científicos a determinar qué aéreas del parque hay que vigilar más de cerca, como afirma el director del estudio Guillaume Giraud, catedrático invitado de la Universidad del Estado de Michigan, en East Lansing (Michigan, Estados Unidos).

Normalmente se habla de la región de Yellowstone como de un «supervolcán», pues expulsó más de mil kilómetros cúbicos de ceniza y lava en una sola explosión. La más reciente de estas explosiones tuvo lugar hace unos 640.000 años.

Según Girard, las erupciones pequeñas son más frecuentes, pero hay menos de una posibilidad entre diez mil de que sucedan en un año determinado. Describe estas erupciones como ríos de lava, que no son explosivos: «Son muy viscosos y discurren con gran lentitud».

Corrientes similares alimentaron la cúpula de lava del Monte Santa Helena años después de su mayor erupción, pero los ríos de lava de Yellowstone tienen lugar a una escala mucho mayor.

«Algunos de estos flujos recorrió hasta 32 kilómetros», afirma Girard, cuyo estudio fue publicado en el número de septiembre de GSA Today. «No hemos visto una erupción de riolita de esta magnitud en toda la historia».

El origen de la lava de Yellowstone

Al estudiar el contenido de titanio de las corrientes de lava, el equipo de Girard determinó que estos flujos surgieron rápidamente de la cámara de magma a una profundidad de entre 6 y 12 kilómetros.

La cantidad de titanio contenida en los cristales de cuarzo de la lava señala la profundidad a la que se formaron éstos en el magma que se va enfriando lentamente. Así, si el magma se detuvo en niveles intermedios durante su ascenso, el contenido en titanio de cada cristal variaría desde su centro hasta los límites exteriores, como las capas de una cebolla.

Sin embargo, Girard afirma que los cristales no reflejan esas características, lo que significa que el magma llegó rápidamente a la superficie, sin detenerse lo suficiente en niveles intermedios como para que se formaran los cristales.

«Rápidamente en términos geológicos, en cualquier caso. En términos humanos probablemente es bastante despacio, pues necesitó cientos o miles de años».

¿Sugiere esta relativa rapidez que Yellowstone podría experimentar pronto más erupciones?

«No es un peligro inminente», señala Girard. «Todos los estudios concluyen que no hay magma listo para entrar en erupción en un futuro cercano».

Sin embargo, los patrones de erupción pueden cambiar inesperadamente, según afirma Ben Ellis, vulcanólogo del Instituto de Geoquímica y Petrología de Zurich, Suiza.

El experto hace referencia a una serie de erupciones que inicialmente tuvieron lugar a lo largo de unas zonas lineales similares a las encontradas en el estudio de Girard, pero «cambiaron repentinamente a una nueva ubicación fuera de esa zona lineal».

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