sábado, 20 de julio de 2013

DESVELANDO EL MISTERIO DE LAS LLAMAS ETERNAS.

Por Javier Peláez | Cuaderno de Ciencias – lun, 20 may 2013


Llama eterna en el parque de Chestnut Cuenta la leyenda que el mismísimo fuego de la antorcha olímpica surgió desde las profundidades de la Tierra hasta una de estas bellas emanaciones de fuego en la superficie. Existen varias docenas diseminadas por todo el mundo y algunas, como las llamas deYanartas cerca de la antigüa ciudad de Olimpos, llevan siglos y siglos activas.

Su origen exacto hasta hace no mucho era desconocido y en épocas pasadas su ardiente actividad se unía a cuentos y mitos como éste.

De todas las llamas eternas que se conocen, sin duda alguna la más curiosa y fascinante es la situada en el parque Chestnut Ridge en el estado de Nueva York. Su fuego es desconcertante puesto que se encuentra en el cauce de un riachuelo bajo una cascada.

En estos días se ha hecho público un estudio fruto de la colaboración de diversas Universidades e Instituciones como, el Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad Bloomington en Indiana o el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Roma, que ayuda a comprender los misterios de esta llama que sigue activa a pesar del tiempo y de las corrientes de agua que la rodean.



Un estudio reciente desvela los secretos de la llama de ChestnutEn primer lugar hay que indicar que no todas las llamas eternas tienen un mismo origen. En algunos casos se trata de filtraciones de gas natural de las capas internas del subsuelo, otras veces aparecen como resultado del procesado de metano por parte de microorganismos y en otros casos la respuesta radica en algo tan sencillo como simples escapes de antiguas tuberías de gas.

En concreto, el estudio publicado en la Revista Marine and Petroleum Geology ha recogido datos muy exactos de la llama eterna de Chestnut y señala que contiene altas concentraciones de etano y propano, alrededor del 35%, y que el resto del combustible se debe a emanaciones de metano.

Las filtraciones de gas que dan origen a esta bella llama tienen su origen en una formación rocosa situada en el periodo Devónico Superior (hace aproximadamente 360 millones de años) y desciende hasta unos 400 metros de profundidad. El gas emerge hasta la superficie mediante pequeñas cavadidades y huecos que el tiempo y la actividad tectónica de la zona han ido excavando en la roca.

La mezcla de agua y fuego encerrada en esa cascada del parque de Chestnut es ahora menos misteriosa que hace tan solo unos años, sin embargo, y a pesar de haber descubierto su origen, lo que no podemos negar es que esta llama sigue siendo igual de bella y fascinante.

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