miércoles, 17 de julio de 2013

LA SITUACIÓN EN FUKUSHIMA :




El material radiactivo de los tres reactores en los que se produjo la fusión del núcleo permanece en su lugar, pero nadie sabe la cantidad de material radiactivo que hay, ni la cantidad de uranio y de plutonio que contienen, ni nadie sabe del peligro constante que esto supone. 

Para evitar que el combustible nuclear sea utilizado en la fabricación de armas nucleares, la Agencia Internacional de la Energía Atómica de la ONU solicita a cada país un informe periódico sobre la cantidad de combustible nuclear que hay en sus centrales nucleares. En Fukushima esto resulta imposible actualmente, saber el combustible que hay en los núcleos de los tres reactores en los que se produjo la fusión.

La utilización de este material para la fabricación de armas resulta imposible, ya que los niveles de radiactividad son tan altos que producirían la muerte de cualquiera que se acercase a ellos, de modo que siguen en su lugar. Por otro lado, sería necesario saber su cantidad y saber si pueden retirarse de los reactores, pero no se dispone de una tecnología adecuada que permita esto.

El enfriamiento de los núcleos de los reactores impide que ardan, pero se produce agua radiactiva

La Agencia Japonesa de la Energía Atómica colabora con los Estados Unidos para desarrollar la tecnología necesaria. Se espera poder utilizarla dentro de una década. La Agencia Japonesa solicitó esta colaboración para desarrollar nuevas tecnologías después de que una iniciativa similar fuese llevada a cabo por los Estados Unidos para ver el estado del núcleo fundido del reactor de Three Mile Island, accidentado en 1979.

Mientras, la Empresa propietaria de la central de Fukushima, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), mantiene los tres núcleos fundidos y las barras de combustible sumergidos en agua de refrigeración para que el material radiactivo no se sobresaliente, y que por lo tanto no arda, residuos radiactivos son esparcidos por el viento y contaminan el agua.

En todo el mundo se utilizan unas piscinas estancas donde se acumula el combustible nuclear, algo que también se hacía en Fukushima antes del terremoto y tsunami de 2011. Pero ahora las estructuras del reactor no son estancas y TEPCO ha inyectado millones de litros de agua fría y menos contaminada en esas estructuras, y es algo que tiene que seguir haciendo.

El agua radiactiva supone un peligro y tiene que almacenarse en algún lugar

El agua utilizada para enfriar el combustible nuclear y los residuos radiactivos se vuelve radiactiva, como también queda contaminada el agua subterránea donde se infiltra el agua procedentes de las estructuras no estancas de la central. Esta agua radiactiva sigue llegando al Océano Pacífico en cantidades variables, que, según TEPCO, trata de contener.

El pasado 7 de mayo, Japan Times informó de que TEPCO había instalado 290 grandes estanques de almacenamiento en Fukushima, lo suficientemente grandes como para contener 78 millones de galones de agua radiactiva (290.000 toneladas), y otros 25 millones de galones de agua todavía no recogidos. Fukushima genera cada día 100.000 galones de agua radiactiva (400 toneladas de agua).

TEPCO estima que cada día se filtran en las aguas subterráneas unos 54.000 galones de agua. En mayo de 2012, el Gobierno japonés ordenó a TEPCO la construcción de un muro profundo en torno a la planta para mantener las aguas subterráneas a salvo, pero es un plan que no podría estar listo hasta principios de 2015.

TEPCO está ampliando la capacidad de almacenamiento a 1,9 mil millones de galones en las áreas cercanas a la central. Si bien esto puede ser suficiente para los próximos tres años, el lugar se está quedando sin espacio de almacenamiento. Además, algunos de los estanques de almacenamiento han comenzado a sufrir filtraciones de agua contaminada al suelo.

En el negocio nuclear, la verdad tiene una vida media limitada

Para hacer frente a estas dificultades, TEPCO ha propuesto el tratamiento del agua para eliminar la radiactividad, y a continuación enviarla al Océano Pacífico. Hay una fuerte oposición a este plan, en especial por parte de los pescadores.

En julio de 2012, ya algunas autoridades informaron a la gente de que los peces del Pacífico eran seguros para su consumo, pero los datos que recoge la Agencia de Pescad de Japón muestran todo lo contrario. Según se informa es una web canadiense, straight.com de Vancouver.

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