Nuevas revelaciones en Japón, apenas unos días después de que el gobierno se hizo cargo de esta emergencia mundial, de la catástrofe de la central nuclear del 11 de marzo de 2011 en Fukushima, está claro que el gobierno falló intencionalmente en informar la magnitud del desastre para la humanidad.
Informes del pueblo de Fukushima afirman que se encontraron cientos de cadáveres de ballenas por la playa temprano en la mañana, y que ahora se extiende por toda la costa hasta donde se puede ver.
La escena es absolutamente devastadora especialmente desde que no se ha divulgado ninguna palabra de esta última crisis al pueblo japonés o al resto del mundo. De hecho el gobierno japonés ha mantenido silencio sobre los últimos acontecimientos.
Los residentes locales afirmaron que se les dijo que no se preocuparan ya que la planta nuclear estaba controlada poco después del incidente del 11 de marzo de 2011 y había poca preocupación de radiación.
Pero expertos y científicos estiman que 219.000 toneladas de residuos nucleares se ha filtrado en el océano Pacífico en los últimos dos años, que hasta hace unos días TEPCO había mantenido en secreto. Lo que ha provocado un “hervidero el agua”.
Trabajadores de Fukushima observando fugas de residuos nucleares escaando hacia el Océano Pacífico.
Después se informó que en 300 toneladas de “agua muy contaminada”, se ha fugado de unos tanques de almacenamiento en el océano todos los días. También afirman que el agua del suelo en la región ha sido contaminada con altos niveles de radiación, pero desde que el gobierno intervino para tomar el control del sitio para aliviar TEPCO el gobierno ha dicho poco acerca de los acontecimientos que tienen lugar aquí.
Es un escándalo que el gobierno permanezca en silencio.
Dos científicos en la playa dijeron que tal vez el gobierno ha estado en silencio porque todavía nadie puede imaginar el impacto que este desastre tendrá a nivel local como a nivel global.
Otro Científico en el sitio admitió que este es un acontecimiento importante, pero sólo podemos especular sobre lo que vendrá mañana.
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