viernes, 29 de noviembre de 2013

EL MAPA IMPOSIBLE DE PIRIS REIS.



Un fragmento

El mapa de Piri Reis es un fragmento de un mapa elaborado por el almirante y cartógrafo otomano Piri Reis en 1513. Piri Reis nació en Galípoli en 1465. Sobrino de un célebre corsario, Kemal Re’is, desde muy joven acompañó a su tío en sus correrías marinas, participando en las campañas navales contra Venecia y en la conquista de la isla de Rodas en 1523. Dos años antes de esta fecha había publicado el Libro de las Materias Marinas, cuya exhaustiva información hacía referencia exclusivamente al Mediterráneo. Una nueva versión ampliada, dedicada al sultán Suleiman, concluyó en 1526, con una dedicatoria en verso en la que contaba la historia de un astrónomo que se llamaba Kolón…, que salió en busca de Antyle… y la descubrió. Hoy la ruta es muy conocida y su mapa llegó hasta nosotros.

En ella se refería también al mapa que él mismo había dibujado años atrás y del que había hecho obsequio a Selim I en El Cairo. En los márgenes detalla sus fuentes: un mapa de Cristóbal Colón, encontrado en un barco español apresado en 1501, y cuatro mapas portugueses más recientes. Además contó con los informes de un marino que había participado en los primeros viajes colombinos, posteriormente capturado por su tío, que lo había hecho su esclavo.2

Por contener aparentes representaciones de tierras entonces desconocidas y a raíz de los propios escritos de Reis indicando que otras de sus fuentes habían sido “los antiguos reyes del mar”, ha suscitado gran interés como «enigma». Es, por otro lado, el mejor testimonio de los mapas que dibujó Colón de las tierras por él descubiertas, de los que tan sólo se ha conservado un pequeño boceto del norte de La Española. El original se conserva en el Museo Topkapi Sarayi de Estambul donde se localizó en 1929, pero no suele estar expuesto al público.

El mapa está pintado en cuero de gacela, con un entramado de líneas que atraviesan el océano Atlántico. Llamadas líneas de rumbo son típicas de las cartas de los marinos medievales tardíos y no indican latitud y longitud, sino que se usan como ayuda para establecer direcciones (hoy en día, se usan también en aviación). En el bahriye (comentario marginal) anotó: “Un mapa de esta clase no lo posee nadie hoy en día”. El mapa incluye bellísimos dibujos, acompañados de inscripciones que indican descubrimientos importantes. Uno de ellos se corresponde, casi con total certeza, con la expedición de Pedro Álvares Cabral de 1500. Se cree que Cabral “descubrió″ Brasil cuando los vientos lo sacaron de su ruta, en un viaje a las indias orientales.

La península Ibérica y la costa de África occidental están dibujadas con mucho cuidado, casi como en las cartas portulanas. Es frecuente que reciba el nombre de “portulano”, a pesar de que no lo sea stricto sensu. Muchos de los nombres de estas regiones se dan en turco, sin transliterar del castellano o el portugués. En lo alto del mapa hay un barco anclado junto a un pez, con dos personas sobre su lomo: una clara referencia a la leyenda medieval de San Brandán de Irlanda. Como está copiado cuidadosamente de uno de sus mapas fuente, evidencia que al menos uno de los mapamundis mencionados por Piri Reis era una producción europea medieval y no un mapa de “los antiguos reyes del mar”.


El descubrimiento

En 1929 el Palacio de Topkapi, en Estambul, Turquía, estaba en proceso de ser convertido en museo. Un grupo de eruditos que trabajaban clasificando material en la sección de archivos del Imperio otomano hizo un descubrimiento notable: una sección de un mapa de principios del siglo XVI basada, en apariencia, en cartas dibujadas por Cristóbal Colón en su viaje al Nuevo Mundo.

El hallazgo fue presentado a la comunidad científica dos años después por el orientalista alemán Paul Kahle en el 18º congreso de la especialidad, y causó una profunda impresión. El portulano presentaba una inscripción particularmente relevante:
Las costas e islas de este mapa fueron obtenidas del mapa de Colón.

De acuerdo a la investigación subsecuente, la historia del mapa comenzó en 1501, nueve años después del descubrimiento de Colón, cuando Kemal Reis, capitán de la flota otomana, capturó siete naves cerca de las costas de España, y descubrió mediante interrogatorio a las tripulaciones que uno de ellos, que había viajado con el Almirante hacia el Nuevo Mundo, poseía un mapa dibujado por Colón en persona. Kemal envió al marino a su sobrino Piri, también capitán naval y cartógrafo.

En 1511 Piri Reis comenzó a diseñar un nuevo mapa que contendría todos los recientes descubrimientos ibéricos. Usó unas veinte fuentes cartográficas, de las cuales se conoce la procedencia de catorce: cuatro (por entonces novedosas) cartas portuguesas, ocho ptolemaicas,5 una árabe y la colombina entregada por el marino español capturado.4 La carta arábiga describía La India; las portuguesas, América, el Océano Índico y China; la de Colón, el Caribe. No se ha determinado a que cartas ptolemaicas se refería.

En 1517 presentó su mapa al sultán Solimán el Magnífico, que, impresionado, lo retribuyó ascendiéndolo a almirante. En 1521 produjo otra contribución a la cartografía mundial: una cartilla de guía a las costas e islas del Mar Mediterráneo, publicada bajo el nombre de “Kitab-i Bahriye” (“El libro del marinero”). Incluía un recuento del descubrimiento del Nuevo Mundo por Colón, virtualmente idéntico a una extensa descripción en el lado izquierdo del portulano. Esta obra fue de suma ayuda para los peritos que intentaban determinar la autenticidad del mapa de Reis, que llegaron a una conclusión positiva.

Piri se retiró a Galípoli, y trabajó durante los siguientes tres años, reduciendo los mapas fuente a una misma escala, lo que era una labor muy dificultosa. Al terminarla, agregó esta inscripción:

El autor de esto es el humilde Piri ibn Hajji Muhammad, conocido como el sobrino de Kemal Reis, en la ciudad de Galípoli en el Sagrado Mes de Muharram del año 919 [1513]

Hasta el descubrimiento del mapa de Piri Reis, había únicamente dos fuentes cartográficas —ambas indirectas— para comprender cuál era la visión de Cristóbal Colón sobre sus propios descubrimientos. Una de éstas era un boceto recogido en un códice de 1522 por Alessandro Zorzi, cartógrafo de Venecia, que dijo que se basaba en un mapa traído por Bartolomé Colón (hermano del descubridor) en 1506. Pero el mapa de Zorzi contenía información que en ese año era desconocida y por lo tanto no puede usarse para deducir cómo eran los conceptos geográficos del Almirante, aunque muestre al Nuevo Mundo como una parte de Asia.

Mapamundi de Juan de la Cosa (1500), Cuba ya aparece como una isla.

El único otro mapa superviviente de la época es el dibujado por Juan de la Cosa, miembro de la primera expedición colombina de 1492, que posteriormente navegaría también con Américo Vespucio. Pero este mapa —datado en 1500— muestra correctamente Cuba como una isla, mientras que Colón no sólo creía que Cuba era una península asiática sino que se lo hizo jurar a sus tripulantes por miedo a las consecuencias que el hecho de haber arribado a una isla y no a un continente podría causar en su reputación (la expedición había zarpado de España con el propósito de hallar una ruta a las Indias a través del Atlántico).

El mapa y sus relatos debieron haber sido muy útiles al gobierno otomano: demostraban que las nuevas rutas descubiertas por los exploradores hispanos y lusitanos suponían una amenaza para el dominio turco de los mares del Océano Índico y el Golfo Pérsico. Muchos años después, en 1551, el mismo Reis fue puesto al mando de una flota con la misión de ahuyentar a las fuerzas portuguesas que frecuentaban el Golfo.

Es por estos motivos que la conferencia de Paul Kahle en 1931 sobre el mapa sorprendió tanto a su audiencia y tuvo una repercusión tan grande. Parecía casi milagroso que el único registro cartográfico directo del mayor descubrimiento de todos los tiempos se hubiera preservado en una biblioteca de Estambul, y que debamos su conservación a un pirata de la marina otomana. Sin embargo, a pesar de la dimensión del hallazgo documental, su atracción se disipó rápidamente. Pocos investigadores desde la época de Kahle han examinado con detalle los componentes colombinos del mapa de Reis, y la cuestión de hasta qué punto representa las ideas del descubridor no está resuelta en absoluto. Imago Mundi, por ejemplo, una de las más importantes revistas sobre la historia de la cartografía, jamás dedicó un artículo propio al mapa de Piri Reis.

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