lunes, 3 de marzo de 2014

LA CIUDAD MILENARIA SUMERGIDA, INCREÍBLE PARAÍSO DE BUCEADORES.




PEKÍN - Día 03/03/2014 - 09.56h

Viaje a Shi Cheng, una ciudad de las dinastías Ming y Qing conservada en el fondo del lago Qiandao, en China.

BIG BLUE, DETALLE

Recorrer unas ruinas con casi dos mil años de antigüedad siempre tiene su interés, pero en China puede significar sumergirse, literalmente, en las profundidades de su Historia. Con gafas de buzo y bombona de oxígeno, así ocurre en Shi Cheng, una antigua ciudad que yace en el fondo del lago Qiandao, en la provincia oriental de Zhejiang.

Un arqueólogo examina el tesoro bajo el agua. Forma parte de una imágenes tomadas por Chinese National Geography.

Levantada durante la dinastía Han Oriental (25-220 después de Cristo) y conocida como la «Ciudad del León», dicha ciudad fue hundida cuando en 1959 se terminó la presa hidroeléctrica del río Xin'an, creando un enorme lago artificial con un millar de islitas, como su propio nombre indica en mandarín. Sumergida a entre 26 y 40 metros, la «Ciudad del León» ha permanecida, paradójicamente, intacta a la revolución urbanística que ha transformado China desde su apertura al capitalismo hace más de tres décadas, que ha arrasado buena parte de su patrimonio cultural.

A salvo de la voracidad de los promotores inmobiliarios sin escrúpulos y de la masificada industria turística, la «Ciudad del León» ha conservado la muralla que la rodeaba y numerosos edificiosque datan de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911). Así se puede apreciar en las excursiones submarinas que organiza Big Blue, una agencia de buceo de Shanghái.

BIG BLUE

Como se puede apreciar en las imágenes tomadas por los visitantes, que deben haber acreditado un curso de submarinismo avanzado para sumergirse a una profundidad de 25 metros, la vista es espectacular.Suspendida en el tiempo, una milenaria ciudad de piedra yace entre algas y pececillos revelando todos los detalles de su arquitectura tradicional, como las figuras de ciervos y leones grabados entre las piedras de sus muros.

Además de con sus respectivas cámaras resistentes al agua, los turistas submarinos deben ir pertrechados con un traje de neopreno porque la temperatura en el fondo ronda entre los ocho y los diez grados, mientras que en la superficie va de los once a los 32 grados. Toda una experiencia que le hará sentir al visitante como un arqueólogo buscando los secretos que durante décadas ha ocultado la «Ciudad del León» bajo las aguas del lago de Qiandao.

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