miércoles, 23 de abril de 2014

LA ACTIVIDAD HUMANA INCREMENTA NOTABLEMENTE LOS NIVELES DE MERCURIO EN EL AIRE.




El componente atmosférico se genera a escala mundial y de forma natural a través de las erupciones volcánicas y, por acción humana, a través de la quema de combustibles fósiles en las centrales eléctricas, así como por la actividad minera.

ECOticias.com / Red / Agencias, 21/04/2014, 10:05 h 


Un estudio realizado por el Servicio Geológico de Estados Unidos(USGS, por sus siglas en inglés) en más de 1.400 peces de 21 parques nacionales de Estados Unidos y Alaska ha revelado altas concentraciones de mercurio que pueden ser nocivas para los ecosistemas y la salud humana.

El mercurio es un contaminante global que ha aumentado su concentración en el aire debido a actividades humanas de 3 a 5 veces en los últimos 150 años. Este aumento de su presencia atmosférica ha incrementado también su cantidad en ecosistemas acuáticos, donde se han encontrado niveles muy elevados de este componente en los peces.

El componente atmosférico se genera a escala mundial y de forma natural a través de las erupciones volcánicas y, por acción humana, a través de la quema de combustibles fósiles en las centrales eléctricas, así como por la actividad minera. Sin embargo, su progresivo aumento es peligroso para la vida humana y silvestre.

Una exposición a altos niveles de mercurio puede provocar en los seres humanos daños en el cerebro, los riñones y el feto, en el caso de las mujeres embarazadas, según datos de la agencia Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Además de las mujeres embarazadas, los niños también son un colectivo muy sensible a este elemento.

El mercurio también afecta a la vida silvestre y a los recursos naturales. Su alta concentración en aves, mamíferos y peces disminuye las posibilidades de los animales para la reproducción.

El estudio se ha realizado en parques de Estados Unidos y Alaska porque hay una falta de evaluaciones a gran escala sobre la influencia del mercurio en zonas remotas y supuestamente menos contaminadas.

Para el muestreo, los científicos han comparado las concentraciones de mercurio en los peces con puntos de referencia para la salud humana establecidos por la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense (EPA, por sus siglas en inglés) y con los umbrales de riesgo de vida silvestre que indican el potencial de toxicidad en el resto de miembros de la cadena alimenticia.

El informe ha revelado que los niveles de mercurio varían de un parque a otro y entre distintos lugares dentro de cada parque. En total, las concentraciones de mercurio estuvieron por encima del máximo que establece la EPA para consumo humano en un 4 por ciento de los casos, cifra ya considerable debido a la toxicidad del componente.

Además, un 95 por ciento del mercurio encontrado en los peces estaba en forma de metilmercurio, su variante más peligrosa para la salud humana y la vida de los ecosistemas.


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