lunes, 14 de julio de 2014

LAS LEYENDAS HOPI Y LOS ESCUDOS VOLADORES.





Las personas Hopituh Shi-nu-mu (Hopi) son una de las tribus de nativos americanos, descendientes de la gente antigua del pueblo que vivía en la zona sur oeste de los EE.UU., que hoy se llama Four Corners (la cruz entre Arizona, Colorado, Nuevo México y Utah). Uno de los grupos de la gente antigua era el misterioso pueblo Anasazi, los “los Antiguos” que florecieron y desaparecieron misteriosamente entre 550 y 1300 dC. La historia del Hopi se remonta a miles de años haciéndolos una de las culturas más antiguas de vida en el mundo.

El nombre original del pueblo Hopi, Hopituh Shi-nu-mu, significa las “Personas con Fines Pacíficos”. Los conceptos de la moral y la ética están muy arraigados en las tradiciones Hopi y esto implica el respeto por todos los seres vivos. Tradicionalmente, vivían de acuerdo a las leyes del Creador, Maasaw. Los Hopi creen que los dioses vinieron del fondo de la tierra, al contrario que otras mitologías, donde sus dioses vinieron del cielo. Su mitología sugiere que la Gente Hormiga habita el corazón de la Tierra (¿La Tierra Hueca?). Cuando ves a los seres Hopi-Hormiga encuentras similitudes extremas con lo que hoy representamos como “alienígenas grises “.


Lo que es interesante en los ciclos del Tiempo es el tercero y más esperanzador de ellos, donde los Hopi hablan de los “Escudos Voladores” (patuwvotas). Aquel mundo que vivió ese ciclo, logra una civilización y tecnología avanzada que fue destruido al final por el Dios Sotuknang – sobrino del creador, para llevar a efecto su destrucción, provocó grandes inundaciones, de una manera similar a la de muchas otras tradiciones.


Al describir cuan avanzado estaba el Tercer Mundo, explican que crearon “escudos voladores” avanzados con la capacidad para atacar a lejanas ciudades y viajar rápidamente entre diferentes lugares del mundo. La similitud con lo que consideramos hoy como discos voladores o aun las más avanzadas aeronaves es asombrosa. Cualquiera de esos “escudos voladores” o “barcos sin alas ‘ muestran un claro mensaje. Identificar algo con tales descripciones es claramente lo que hoy conocemos como objetos voladores no identificados.

Y desde luego, acceder a ciertas tecnologías, provoca la irritación de los “dioses” que deciden fulminar sin contemplaciones a millones de seres sencillamente porque su tecnología se acerca a la de esos “dioses” o quizás debería decir “amos”.

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