lunes, 5 de noviembre de 2012

MASADA, LA CIUDADELA DEL MAR MUERTO.


Masada, la fortaleza en el desierto construida por Herodes, se convirtió en uno de los símbolos más patéticos para el pueblo judío. En 73 d. de C., 960 hombres, mujeres y niños se suicidaron para no rendirse a los soldados de la X Legión Extranjera Romana. Este fue el último capítulo de una rebelión que había empezado con la destrucción de Jerusalén tres años antes. Masada se utilizó por primera vez como fortaleza durante el período de los reyes asmoneos.

Después, en 40 a. de C., Herodes dejó aquí a su familia mientras huía del ejército del pretendiente parto, Antígono. Sometidos a asedio, los partidarios de Herodes se salvaron cuando una lluvia repentina llenó las cisternas.


Poco después Herodes consiguió recuperar su reino, rescató Masada, e hizo construir una fortaleza y un palacio inexpugnables para protegerse, tanto de la amenaza del belicoso pueblo judío como de la reina de Egipto, Cleopatra. La edificación más impresionante de Masada sigue siendo el palacio con tres niveles encaramado en la parte norte de la cima.

La terraza superior servía de residencia y contaba con una columnata circular sobre el acantilado. El segundo nivel tenía también una galería circular y se destinaba principal-mente al esparcimiento. El nivel inferior era cuadrado y disponía de una pequeña sala de baños. Las paredes interiores estaban pintadas con frescos de vivos colores, y algunos de ellos se han conservado hasta ahora.

Los motivos principales eran flores, dibujos geométricos e imitaciones de mármoles finos. Los suelos de mosaico tenían dibujos geométricos en blanco y negro. Si el Palacio Suspendido servía para el esparcimiento, y también para demostrar la riqueza y el poder de Herodes, el Palacio del Oeste era más funcional y además de los aposentos reales, habitaciones para el servicio, talleres y almacenes, había salas que prestaban funciones administrativas, como podían ser recepciones de jefes de estado.

En el suelo había magníficos mosaicos y existen pruebas que demuestran que algunas partes de este palacio tenían varios pisos de altura. Al lado se habían construido otros tres palacios. Incluso ahora, la gran sala de baños con cuatro compartimentos es realmente impresionante y una de las mejor conservadas de los yacimientos romanos.

La entrada, o apodyterium, estaba ornamentada con frescos y suelo de baldosas blancas y negras. La sala tibia, el tepidarium, conducía a la piscina con escalones de la sala fría, el frigidarium. En la habitación caliente, elcalidarium, los pequeños pilares redondos sostenían el suelo sobre la cámara de calentamiento, el hypocausto, y se han conservado bastante bien. Contiguo a la casa de baños había un complejo de depósitos para guardar alimentos y vino, y uno de estos almacenes estaba especialmente reforzado para la seguridad de objetos valiosos, como armas o joyas.

Esta zona de Masada, incluidos los palacios, las termas y los almacenes, estaba separada del resto de la cima por una muralla y una puerta. De nuevo, el mayor problema para un recinto que podía verse en la necesidad de alojar en cualquier momento a mil personas era el suministro y almacenamiento del agua. Masada no solo estaba en un desierto con lluvias escasas y de temporada, sino que además estaba ubicada en un peñasco rodeado de montañas y barrancos escarpados. Se ingenió un sistema de drenaje que transportaba el agua desde presas de valles próximos hasta una red de doce cisternas en los declives.

Las cisternas podían contener hasta 40.000 metros cúbicos, y desde allí hombres o mulas subían el agua por un sendero tortuoso, y a través de la puerta del Agua, hasta las cisternas del pico. Pese a que era casi inaccesible, en un lugar remoto y abrupto, Masada se fortificó con altas murallas que rodeaban todo el recinto excepto el extremo norte de la montaña y con casamatas se construyó un muro interior y otro exterior separados por una cámara. En total, las murallas de Masada miden unos 5 Km. de largo y suman setenta casamatas, treinta torres y cuatro puertas.

Cuando los judíos rebeldes tomaron Masada durante los seis años de la rebelión judía contra Roma, realizaron grandes cambios en el complejo de Herodes. Para alojar a las muchas familias, todas las cámaras de la casamata exterior se destinaron a uso doméstico y gran parte de las habitaciones del palacio se dividieron por la mitad para convertirlas en dos viviendas. Los rebeldes construyeron también dos mikvehs y se han encontrado restos de un salón que debía de utilizarse como beit midrash, gabinete de estudios religiosos. El yacimiento de la sinagoga en el extremo noroeste se reconstruyó parcialmente. Orientada hacia Jerusalén, pudo haber sido construida por loszelotes sobre el solar de una sinagoga anterior del tiempo de Herodes.

Gracias a la sequedad del clima han sobrevivido fragmentos de tejidos y objetos, incluidos chales de rezo, sandalias de cuero, alfarería y cestos. Los sublevados acuñaban su propia moneda y se han encontrado en abundancia en el mismo yacimiento. Son muy importantes, para su investigación dentro de los textos bíblicos, catorce rollos descubiertos en diversos lugares de las ruinas. También se encontraron más de setecientos ostraca(trozos de cerámica con inscripciones) que nos proporcionan pistas de cómo era la vida social de los rebeldes aislados en la cima de Masada.

Los ostraca estaban escritos por lo general en hebreo o en arameo, y en contadísimas excepciones en griego o latín. Muchos ostraca se encontraron cerca de depósitos, y según parece se llevaba a cabo algún sistema de racionamiento de víveres.

En cuatro casos, se encontraron ostraca de gran tamaño con inscripciones de nombres y a su lado un número. Esto indicaría algún tipo de lista burocrática. Al lado de las puertas interiores que cerraban el acceso a los depósitos se encontró un grupo de once ostraca, cada uno con un nombre. Uno de estos nombres era Ben Yair, el líder de los rebeldes de Masada. Debían de ser para que los líderes de la rebelión echaran suertes el último día, cuando se dieron cuenta de que todo estaba perdido.

Josefo nos explica que cada hombre era el responsable de matar a su familia y después “siguieron la misma norma echando suertes para sí mismos, y a quien le tocara era el primero en matar a los otros nueve antes de suicidarse” Existen pruebas físicas que confirman el relato de Josefo con respecto al asedio de Masada por el general romano Flavio Silva y la X Legión. Los romanos construyeron ocho campamentos fortificados alrededor del pie de la montaña y un muro en circunferencia con doce torres de vigilancia que enlazaba los campamentos entre sí.

Los judíos rebeldes no podían ni entrar ni escapar de la cima. El abrupto y sinuoso Sendero de la Serpiente era inaccesible para un grupo numeroso de soldados y los artefactos de guerra tenían que abrir una brecha en las murallas de la cima de la fortaleza. Así que Flavio Silva ordenó construir una enorme rampa en la parte oeste de la montaña.

La maquinaria de asedio - catapultas - fue situada en un promontorio cercano para cubrir a los soldados que construían la rampa. Una vez estuvo terminada la rampa, los enormes arietes pudieron ser arrastradas hasta su posición. Uno de los arietes logró penetrar en la muralla construida por Herodes. Los rebeldes, en un desesperado intento defenderse, levantaron a toda prisa un inútil parapeto de tablones de madera y escombros, pero cuando los soldados romanos abrieron una brecha, Masasa cayó.

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