Nuestro planeta es la Tierra, nos acoge y nos facilita su corteza para soportarnos. La tierra forma parte del sistema solar, donde el Sol es la estrella que nos da su energía y su calor.
La tierra pertenece a la constelación, sistema estelar de Pléyades.
El conjunto Pléyades, o su centro, está formado por la estrella de Alción, la más brillante, y 7 estrellas más, que son: Taygeta, Pleione, Mérope, Maia, Electra, Coele y Atlas.
El sistema Pléyades, más amplio, está compuesto por 1.404 estrellas y 29.450 planetas habitados por seres inteligentes.
Nuestro sol, es una de esas estrellas y la tierra uno de esos planetas.
Nuestro sistema solar, que es pleyadiano, hace la penúltima órbita con relación a la estrella de Alción.
2. La entrada del sistema solar a la era de acuario.
Acuario, es una de las doce casas, o eras, en las que está dividida la órbita de nuestro sistema solar, alrededor de la estrella Alción como centro.
Cada era dura 2.000 años y nuestro planeta inició su entrada a Acuario el 27 de Julio de 1999.
Las casas de Leo y Acuario son opuestas en su posición y se diferencian de las otras casas en que, los sistemas que los cruzan, como el sistema solar, les corresponde recibir la luz de Alción, cada 12.000 años, siendo un ciclo completo, en el cual el sistema solar vuelve a su sitio de partida, de 24.000 años.
Alción se ubica en el centro de nuestro “barrio cercano”, que es la constelación de Pléyades.
Acuario es una casa de luz y prosperidad para la tierra, pues recibirá durante 2.000 años, la luz de la estrella de Alción, que impregnara al ser humano de energías especiales que le permitirán crecer material y espiritualmente.
(Podemos imaginar una torta, con pedazos de su periferia al centro. Cada tajada es una casa, o era, y Acuario es una de ellas. Sobre esa torta fija gira el sistema solar, donde va el Sol y la Tierra girando en su alrededor. El pedazo de torta opuesto a Acuario es Leo. Un bombillo fuerte que es Alción brilla en el centro de esa torta en su ancho, y cuando el sistema solar pasa por Acuario o Leo, la Tierra recibe esa luz.)
(Podemos imaginar una torta, con pedazos de su periferia al centro. Cada tajada es una casa, o era, y Acuario es una de ellas. Sobre esa torta fija gira el sistema solar, donde va el Sol y la Tierra girando en su alrededor. El pedazo de torta opuesto a Acuario es Leo. Un bombillo fuerte que es Alción brilla en el centro de esa torta en su ancho, y cuando el sistema solar pasa por Acuario o Leo, la Tierra recibe esa luz.)
3. El cinturón de fotones.
La estrella de Alción emite una luz de alta vibración electromagnética, en una longitud de 10.000 años luz, que es recibida por sistemas como el solar, a su paso por la casa de Acuario y la casa de Leo.
Durante su paso, de 2.000 años, recibe la mayor exposición a los 1.000 años, cuando empieza a descender su intensidad.
Su posición es perpendicular, 90 grados, con relación al plano de las estrellas.
Nuestra tierra entrará al anillo de Alción, formalmente en el año 2023, recibiendo esa carga lumínica a plenitud, efecto que viene en incremento desde el 27 de julio de 1999, que es la fecha más oficial de entrada.
Estas nuevas energías están causando que el sol y sus planetas reciban una vibración diferente, alterando las emisiones electromagnéticas tradicionales.
4. El efecto Schumann.
El físico Alemán W.O. Schumannconstató en 1952, que la tierra está rodeada de un campo electromagnético poderoso que se forma entre el suelo y la parte inferior de la ionosfera situada a unos 55 kilómetros, por encima de nosotros.
Ese campo posee una resonancia, más o menos constante del orden de 7,83 pulsaciones por segundo, (Hercios), y así ha estado por siglos, y desde 1980 se ha elevado, hasta 11 Hercios, en la actualidad.
Funciona como si fuera un marcapasos, responsable del equilibrio de la biosfera, condición común de todas las formas de vida.
También se ha comprobado que todos los vertebrados y nuestro cerebro están dotados de esa misma frecuencia de 7,83 hercios.
La tierra se comporta como un enorme circuito eléctrico.
La tierra es envuelta por la atmósfera que es un conductor débil, que es alimentado de fuentes de carga permanentemente para sostener unos niveles de electricidad.
El receptáculo dentro del cual se retiene esta carga eléctrica, es una cavidad definida entre el suelo de la tierra y el borde interno de la ionosfera, a unos 55 kilómetros encima de nosotros.
La fuente de carga eléctrica dentro de esa cavidad electromagnética de la tierra, son las 1.000 tormentas simultáneas, que se presentan en un momento dado en la tierra.
Las resonancias Schumann son olas casi constantes, de ondas electromagnéticas que existen en esa cavidad. Como ondas en un estanque, no están presentes todo el tiempo, sino que necesitan ser excitadas para ser observadas.
Si bien Shumann estudió matemáticamente esta constante electromagnética de la tierra, estas realidades ya habían sido observadas por primera vez, por Nikola Tesla, quien predijo, sería la base de la transmisión de energía y de comunicaciones inalámbricas.
Estas ondas no son causadas por nada interno en la tierra, su corteza o su centro.
Cuando las tormentas aportan regularmente a la cavidad electromagnética, la frecuencia permanece constante.
No podemos ser saludables fuera de esa frecuencia biológica natural.
Cuando los astronautas salían a sus viajes espaciales y quedaban fuera de esa frecuencia, se enfermaban y sometidos a un simulador Schumann, recuperaban el equilibrio y la salud.
Supuestamente, cambios originados en las tormentas solares a raíz de los cambios magnéticos del sol, originados a su vez, por la pulsación galáctica, son las responsables de los cambios en la frecuencia electromagnética de la tierra, cambio cíclico que ocurre con la pulsación del sol, cada 11 años.
Los cambios en el magnetismo de la tierra son los responsables de la desorientación de aves migratorias y ballenas que pierden su rumbo ante los cambios en las líneas magnéticas de la tierra.
Las autoridades aeronáuticas del mundo han tenido que actualizar sus referencias para alinearse al cambiante norte magnético.
Hoy sabemos que existe una estrecha relación entre magnetismo y memoria.
Al igual que en un computador, los campos magnéticos están sostenidos por una carga eléctrica.
Cuando disminuye o se interrumpe la carga eléctrica, la memoria se pierde.
A nivel de nuestra civilización, la pérdida de memoria colectiva implicaría perder el rastro de nuestra civilización, de las artes, de las letras, de nuestra filosofía, cambiaría nuestro nivel de conciencia y despertaríamos en un mundo nuevo, desconocido y por descubrir.
Un somero ejemplo de esto es la realidad vivida por astronautas, donde ellos han relatado que tuvieron experiencias, revelaciones y sentimientos que alteraron su conciencia, y como consecuencia sus vidas cambiaron, donde algunos de ellos no pudieron asimilar lo sucedido y terminaron refugiados en las drogas y el alcohol.
La NASA ha pronosticado que estas tormentas electromagnéticas se harán más fuertes entre 2011 y 2012.
Según Gregg Braden, en su libro, “El tiempo Fractal”, el año 2012, marca el final de un ciclo de la Galaxia, de 5.125 años, cuando el anterior ciclo se dio 3.114 años antes de cristo, y éste se dará el 21 de diciembre, en el solsticio de invierno, en el año 2012, después de cristo.
Bradensostiene que no hay evidencia cierta de que al final de este ciclo se produzca una inversión de los polos magnéticos, aunque si hay evidencia geológica de que la tierra en el pasado, ha hecho inversión de los polos, en 14 veces, en los últimos 4,5 millones de años.
El ser humano posee un cerebro y un estado eléctrico a través de él, donde se interconectan órganos a través de ese sistema eléctrico, que ejecutan funciones y sentidos, dentro de un marco de un trillón de células y un torrente sanguíneo que armoniza todo tu cuerpo.
En nuestro cerebro tenemos una memoria, que está interconectada con un ordenamiento mayor, donde cada ser humano tiene su receptor en un gran banco universal, de donde recibimos pensamientos frescos, de acuerdo a la manera como podamos aislar pensamientos inconclusos y cargas del pasado.
Nuestro cerebro recibirá esa información en la medida en que la ley de la tierra, del amarre, de la carga, logre desocupar y deje entrar la ley del universo.
Todos los entes del universo, nuestra galaxia, el sol, la luna, nosotros como seres humanos, hacemos una palpitación cada vez que terminamos un ciclo.
Nosotros lo hacemos cada 60 segundos, que es nuestro ciclo.
Los entes que están más allá de nosotros, como la luna, el sol, la galaxia, también lo hacen, pero de una manera más lenta, que corresponde a un ciclo más amplio en el tiempo, en la medida en que se alejan de nosotros.
Los grandes ciclos cubren períodos vastos de tiempo que no son recordados de una civilización a otra.
Cada palpitación, de cada ente, al terminar su ciclo, afecta todo el universo y todos los entes que lo ocupan, y lo afectan en las frecuencias y en los tiempos que invaden el universo.
En general estamos bajo la influencia de los grandes ciclos del tiempo, ciclos dentro de grandes ciclos, en el interior de ciclos.
En nuestro tiempo, hemos tenido recientemente una pulsación galáctica, que ha afectado al sol, cambiando su polaridad en su campo magnético.
Esto hace que el sol, al convertir el hidrógeno en helio, produce el viento solar, que a su vez transporta partículas muy cargadas por el espacio, donde algunas de ellas se recogen en la magnetosfera de la tierra y producen estas ondas vibratorias de nuestro planeta.
Las tormentas solares con grandes cargas de energía, estimula el magma del centro de la tierra y altera su equilibrio, produciendo cambios bruscos de temperatura, erupción de volcanes, Tsunamis, terremotos, cambios bruscos en las capas tectónicas y la alteración general de la tierra.
En el pasado reciente hemos visto estas manifestaciones, como:
- Terremoto en la ciudad de Chistchurch, Nueva Zelanda en Febrero 23 2011
- Terremoto y Tsunami en Japón en Marzo 11 2001,
- Terremoto en Birmania en Marzo 24, 2011.
El profesor Gregg Braden tiene la prueba científica de:
que la tierra se prepara para pasar a través del cinturón de fotones,
de la disminución del magnetismo y de la velocidad de rotación de la tierra y
del aumento de la frecuencia de la resonancia de la tierra.
La disminución del magnetismo de la tierra podría ser la antesala para una inversión de los polos magnéticos de la tierra.
Los cambios geofísicos que recibe nuestro planeta, en la actualidad, llevarán a nuestro planeta a un proceso de limpieza y acomodamiento, que cambiarán las actitudes, capacidades y relaciones entre los seres humanos.
Estas fuerzas son y serán de diferente origen, se complementan y condicionan mutuamente, y son, entre otras de los siguientes orígenes:
A. Cambios originados por el pulso de entes como nuestra Galaxia, que al terminar un ciclo, se manifiesta afectando el sol, que a su vez, envía tormentas solares a nuestro planeta, variando severamente la frecuencia electromagnética que recibimos.
B. Cambios originados por la disminución del magnetismo de la tierra.
C. Cambios originados por el paso del planeta Hercóbolus, que con su masa enorme, 66 veces la de la tierra, despierta el magma de nuestro planeta que busca salidas en erupciones de volcanes y otros. Hercóbolus orbita la estrella Tylar y se acercará a nuestro planeta en los años 2013 y 2014.
D. Efecto de la luz manásica del cinturón de fotones, que origina la estrella de Alción, a partir del año 2013.
E. Manipulación del clima y las placas tectónicas hechas por el hombre, que desborda su codicia y ansias de poder.
El grueso de estos cambios son recurrentes y cíclicos y nuestro planeta ya los ha vivido.
El cambio es que ahora el ser humano está más preparado para entender y mitigar con la fuerza de su pensamiento y sus cambios evolutivos internos, el efecto de estos cambios.
Nuestra tierra, en la actualidad, encara dos cambios cíclicos importantes, que son:
5.1 Elevación de la frecuencia base de la tierra, o Resonancia Schumann, que por décadas fue de 7,8 Hercios, ciclos por segundo.
(Las ondas de la resonancia Schumann son de baja frecuencia pues pertenecen a ondas de radio.)
Se pensó que esta medida era constante e incluso se diseñaron las comunicaciones militares globales con esa frecuencia.
Reportes recientes registran esta medición en 11 Hercios, y elevándose.
Se ha pensado que este cambio en la frecuencia de la tierra, aporta a cambios climáticos, telúricos, propensión a terremotos, e inundaciones, en los últimos meses en la tierra.
5.2 Disminución en el campo magnético de la tierra. Según el profesor Bannerjee de la Universidad de Nuevo México, el campo magnético sobre la tierra ha perdido hasta la mitad de su intensidad en los últimos 4,000 años.
La pérdida de esta fuerza que cohesiona los astros universales, podría ser la antesala de otra reversión, fenómeno como la inversión de los polos, que se ha presentado ya varias veces.
6. Los cambios corporales y los cambios en nuestra salud.
Los efectos físicos humanos, de estas nuevas realidades del aumento de energía electromagnética son, fatiga, cambio en los patrones de sueño, migrañas, dolores de cabeza, cansancio, sueños intensos, depresión y euforia en cortos períodos de tiempo, falta de concentración, subida súbita sin razón de los latidos del corazón, cambios en el sistema inmunológico y cambios en la percepción del tiempo, pero esto es explicable porque nuestro cuerpo se está acomodando a las nuevas frecuencias de luz y ese mismo proceso, físico y emocional, vuelve cada vez que el planeta eleva su frecuencia.
La estabilidad mental y la memoria radican en los cambios magnéticos que es lo que sostiene nuestra memoria y nuestra cordura.
Los pájaros que siguen los campos magnéticos con sus migraciones se confundirán y las ballenas podrán encallar en cualquier parte.
Si la resonancia Shumann llega a la frecuencia de 13 ciclos por segundo, la tierra podría detener su rotación y estaríamos en el campo magnético del punto cero.
La tierra así, se podría detener y en dos o tres días podría comenzar a girar nuevamente en la dirección opuesta, y esto podría producir una reversión de los polos.
7. Cambios en nuestro sistema celular y molecular ante impulsos eléctricos.
Todo ser o entidad vibra con una determinada frecuencia y ésta es la periodicidad en un espacio de tiempo y cada vez que se repite el fenómeno lo llamamos ciclo.
Si la tierra gira alrededor del sol y lo hace cada 24 horas, esa será su frecuencia.
Las computadoras son operadas con corriente de 60 Hercios, que es una medida de ciclos por segundo.
Esto quiere decir que la corriente de la computadora cambia 60 veces de positivo a negativo cada segundo.
El elemento básico que compone todas las cosas, son los átomos. Estos están formados en su núcleo en protones y neutrones, y en su alrededor giran los electrones.
Así, los átomos vibran y empujan los átomos vecinos para que también vibren.
Los átomos forman moléculas, éstas forman células, éstas forman órganos, sistemas, seres vivientes más complejos, etc.
A la transmisión de frecuencias se le llama resonancia. Dos seres o entes podrían vibrar igual, o una siendo múltiplo de la otra, y aun así serían frecuencias armónicas.
En nuestro cuerpo, cada órgano vibra en una frecuencia distinta, aunque la suma de frecuencias da una frecuencia individual.
Cuando en nuestro cuerpo, alguno de los órganos, se sale de su frecuencia, se inician las enfermedades y sería como si nuestro planeta se saliera de su órbita o frecuencia.
Las técnicas vigentes de terapia vibracional consisten en aumentar o disminuir los niveles de vibración de determinados órganos de nuestro cuerpo, para armonizar la frecuencia de todo el organismo, y esto rehabilita y cura nuestro cuerpo.
La tierra vibra en una determinada frecuencia y todo lo que viaja con la tierra está afectado por esta frecuencia. Si la tierra aumentara o disminuyera su frecuencia afectaría los seres que la habitan.
Es inconveniente vivir debajo de líneas de alta tensión, porque estas generan una frecuencia diferente a la frecuencia del ser humano, y nuestras células podrían enfermarse o enloquecerse.
Las ondas resonantes, o frecuencia Shumann de la tierra, vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales de los seres humanos y de todos los mamíferos en general, o sea 7,8 Hertz, ciclos por segundo.
El Doctor König, midió que nuestrohipotálamo, localizado en nuestro cerebro, vibra a 7,8 Hertz, la misma frecuencia que los mamíferos.
Esta es una frecuencia normal biológica, que funciona como un marcapasos y sin ésta la existencia no sería posible.
Si la frecuencia de la tierra no fuera la misma que la frecuencia del ser humano, estallaríamos en mil pedazos.
El Doctor Hans Jenny (1904 – 1972)médico y científico suizo estudió las relaciones entre materia y energía y comprobó que el mayor o menor grado de complejidad molecular y evolutiva de un ser, depende de las frecuencias de energía que reciba su cuerpo. Así, una determinada frecuencia vibratoria, producirá en la materia, un diseño particular de patrones biológicos.
Si cambia la frecuencia, el cuerpo muta en forma correspondiente.
Esto es precisamente lo que está sucediendo con la vida en la tierra, al estar sometido los seres humanos a bombardeos de energía de altísima frecuencia, procedente del sol central galáctico.
En la medida en que los entes universales vibren de una manera diferente a nosotros, aparecerá una distorsión que no es sostenible, creando la necesidad imperiosa de acoplarnos a la nueva vibración.
Nuestro cuerpo físico está cambiando y se está creando un nuevo cuerpo de luz.
Nuestro ADN está siendo modificado desde el universo y nos estamos moviendo desde 2 fibras, de regreso a un ADN de 12 fibras y llegarán al ser humano grandes habilidades intuitivas y curativas.
Los nuevos niños Índigo, Cristal y Diamante, serán los grandes actores en el futuro y serán telepáticos desde el nacimiento.
Las plagas que nos han visitado desde los años 90, incluyendo el SIDA, se irán.
8. Cambios en la percepción del tiempo.
El tiempo y el espacio enmarcaron el Big-Bang, donde se fueron creando los sistemas galácticos como las Galaxias y las estrellas.
El tiempo y su medición son relativos y depende de nuestra ubicación relativa en el universo.
Nuestras células han acelerado su pulso para adaptarse al pulso de la tierra, y de la velocidad de ese pulso depende nuestra percepción del tiempo.
El tiempo se está acelerando y continuará haciéndolo en la medida en que aumente la frecuencia electromagnética sobre la tierra y sobre los seres humanos.
La llamada frecuencia Schumann, o pulso de la tierra, antes era una constante de 7,8 hercios, ahora ha subido a 12, y continuará elevándose hasta 13.
Cuando llegue a ese punto, cruzaremos un umbral donde nos estabilizaremos, a una octava superior de frecuencia, donde iniciaremos una etapa de creación y una realidad diferente.
Vivimos un cambio, entre el tiempo lineal que conocemos y el infinito del eterno“ahora”.
El primer paso es de caos, porque el modelo anterior debe disolverse, antes de aparecer lo nuevo.
En el siguiente paso los patrones se reorganizan en un orden más complejo, produciendo seres y organismos más perfectos y elaborados.
9. Disminución del magnetismo de la tierra, de su rotación y punto cero.
Un fenómeno paralelo al aumento de la frecuencia de la tierra es la disminución acelerada del campo magnético.
A medida en que crece la frecuencia electromagnética de la tierra, disminuye el campo magnético responsable de la rotación de la tierra.
Esta frecuencia crecerá hasta 13 ciclos por segundo, donde tendremos el punto cero de la rotación de la tierra.
Estos cambios han sido predichos por varias civilizaciones, y suceden cada 13.000 años, la mitad de los 26.000 años, de la precesiónde los equinoccios.
Esto produce la perdida de la memoria porque el magnetismo es el adherente que atrapa los recuerdos.
Necesitamos apagar, reconfigurar y volver a encender, así, el nacimiento del hombre nuevo se dará en el momento en que el campo magnético de la tierra alcance el punto cero, sólo en esa circunstancia podremos reconfigurar nuestros patrones genéticos y hacerlos aptos para una vida en una dimensión más elevada.
Esta remodelación del ADN produce oleadas de fatiga, dolor e incertidumbre. Puede aparecer un primer período más agudo cuando las frecuencias altas impactan nuestro cuerpo, seguido de un tiempo más suave de asimilación y acomodamiento.
En estos períodos se requiere dormir y descansar más, hasta completar el parto de nuestra tierra, pues nuestro cerebro y sistema nervioso están en reconstrucción.
El proceso que se opera internamente en el ser humano es que cuando se eleva la frecuencia electromagnética que llega a la tierra, se activa y acelera la vibración de nuestras células, y éstas reaccionan irradiando calor hacia los espacios vacíos que las rodean.
Esta implosión despierta algunos códigos dormidos de nuestro ADN y expande la información nueva hacia los núcleos de otras células, las que también se activan en cadena, así nuestro cuerpo se reconfigura en cadena y producirá una expansión de la conciencia, hacia una vida más sutil y perfecta.
Esto llevará al ser humano a superar a una mejor y más eficiente utilización de sus capacidades mentales.
Lo que define el nivel de conciencia de una unidad, llámese planeta o ser humano, es la energía saturada de luz, que estamos en capacidad de asimilar.
En la tercera dimensión percibimos esa energía como dos ondas con propiedades diferentes, que son electricidad y magnetismo.
La porción eléctrica suministra la información de los códigos de creación y la magnética es el aspecto que los estabiliza.
En esta forma las dos polaridades actúan coordinadamente para mantener un nivel de realidad específico.
Las frecuencias de luz se producen como pulsaciones y el ritmo de ellas marca los ciclos.
La tierra es vulnerable a las emisiones electromagnéticas de las explosiones solares que recibe cada once años, cuando el sol completa un ciclo y pulsa. También hay pulsos galácticos y cuando uno de ellos termina, nuestro centro galáctico pulsa, disparando energías de frecuencia electromagnéticas altísimas, que cambian los patrones de vida en toda la galaxia.
Cuando pulsa la galaxia, estas frecuencias viajan como ondas, llevando paquetes de información nueva, que provocan un ordenamiento más complejo en todos los niveles, desde el solar y planetario, hasta el molecular con el consiguiente salto cuántico en la apertura de conciencia y en la evolución de la vida.
Desde 1987 se ha incrementado en la tierra el impacto de fotones de luz de altísima frecuencia, procedente del centro galáctico.
Hay confirmación científica, de que, ante el incremento de energía, algunas constantes planetarias están cambiando, como el magnetismo.
Estamos cerca de un acontecimiento espectacular, que el hombre no conoce, que ocurrirá antes de terminar el año 2012, y es que el magnetismo de la tierra habrá alcanzado el punto cero y la resonancia de la tierra habrá subido de 7,8 a 13 Hercios.
En ese momento crítico, cuando esto suceda, tendremos la oportunidad de vivir un cambio dimensional, que pondrá fin a nuestras limitaciones como seres humanos.
En este cambio lo primero es el caos y lo experimentamos ahora, sucumbirán todos los entes de poder como el militar, religioso, político, económico, afectando también la familia, la salud, las artes y las relaciones entre las personas en la sociedad.
El clima, los elementos y la geología están también convulsionados.
Desde el 13 de abril del año 2002, la nueva matriz de creación o rejilla energética está completa, y por ello, la nueva información puede fluir, despertando la afinidad de quienes estén listos para asumir su destino como seres humanos más completos.
Habrá pues una información nueva, de experiencias vibratorias diferentes, incluyendo paradigmas geológicos y climáticos.
Los calendarios mayas, Tibetanos, Chinos, Egipcios, coinciden en señalar, que en la época en que vivimos, habrá un cambio definitivo en la vida en la tierra, es pues un tiempo único en la historia de la humanidad.
Debemos hacer un cambio interno para conectarnos a la nueva amplitud de onda, que incluye a toda la creación, y que nos corresponde como seres de luz, y que además nos sirve como puerta a la supervivencia.
La tierra está empezando a recibir la influencia del cinturón de fotones, aumenta la resonancia Shumann, disminuye el magnetismo y la velocidad de rotación de la tierra.
Esto podría ocasionar que en algún momento la tierra detenga su rotación, alcance una frecuencia de 13 ciclos por segundo, y tendríamos un campo magnético de punto cero.
Así, la tierra podría detener sus giros, por tres días, para luego comenzar su giro nuevamente, pero a la inversa, y esto produciría una reversión en los campos magnéticos de la tierra, y haría un cambio severo en las condiciones de vida de la tierra.
Esto ya ha ocurrido en la tierra en otras oportunidades, como fenómeno cíclico, pero es desconocido por nuestra civilización.
Esto coincide con la predicción maya, en el Baktun 13, cuando termina el calendario maya.
Los mayas sabían que nuestro sol es un ser vivo, que respira, y que cada cierto tiempo, -ciclo-, recibe la influencia del ser mayor que lo cobija que es nuestra galaxia, y ocasiona en él, erupciones solares y cambios magnéticos, fenómeno recurrente que sucede cada 5.125 años, y que a su vez, otro ente que está bajo la influencia del sol, como es la tierra, desplaza su eje de rotación, produciendo grandes cambios y cataclismos.
Para los mayas, la respiración de la galaxia no cambia, siempre ocurre, es la terminación de un ciclo, lo que cambia es la conciencia del hombre para asimilar y superar ese cambio, proceso del hombre que en su evolución, siempre irá hacia la perfección.
Los mayas predijeron que el sábado 22 de Diciembre de 2012, el sol recibirá un fuerte rayo sincronizador desde el centro de nuestra galaxia, y por lo tanto el sol cambiará su polarización y producirá una enorme llamarada.
En el pasado, donde ya ha ocurrido este fenómeno, después del punto cero, el sol se eleva hacia el oeste y se pondrá en el este.
Estos cambios ya registrados obedece a la inclinación de la tierra, y el cambio de entendimiento de por dónde sale el sol.
Los mayas hicieron las predicciones de lo que estamos viendo y predijeron que nos moveríamos de la tecnología hecha por nuestra civilización, hacia los ciclos naturales del universo.
Nuestro universo se mueve hacia repetir ciclos ya vividos, donde para el año 2012, estaremos transitando por un aumento en nuestra dimensión, entendida como una escala nueva de vibración del ser humano.
Este acople de vibraciones entre el ser humano y su entorno universal se convierte en imperativo, y sería como visualizar que un aparato electrodoméstico no se puede conectar a una fuente de alta tensión pues simplemente no está preparado para ello.
Vamos de regreso, de la periferia al centro, de salida, en retorno, de donde algún día salimos, vamos de seres más densos a seres más sutiles, vamos buscando la luz de Dios que nos creó, y nuestra salida inmediata está en el centro de la Galaxia.
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