El temporal de lluvia que azota al Reino Unido ha provocado las peores inundaciones en décadas y ha situado el nivel de las aguas del Támesis en el más alto en más de 30 años, mientras nuevas precipitaciones amenazan con empeorar la situación.
Las zonas más castigadas por el mal tiempo son las del suroeste de Inglaterra, donde cientos de familias se han visto obligadas a abandonar sus casas, si bien las inundaciones han alcanzado también a condados próximos a Londres, por donde pasa el río Támesis.
La Agencia del Medio Ambiente mantiene 16 alertas graves de inundaciones -con riesgo para la vida-, de las que dos corresponden al suroeste de Inglaterra y el resto al área del Támesis.
Los condados afectados este martes son los de Berkshire y Surrey, a las afueras de la capital británica, donde muchos residentes han tenido que ser evacuados, en algunos casos en botes.
El temporal, que no parece dar tregua pues se esperan más lluvias para los próximos días, ha alterado los servicios ferroviarios, vital para millones de británicos que acuden a sus trabajos.
Algunos servicios de tren entre el suroeste de Inglaterra y Londres han sido cancelados, por lo que se ha dispuesto el aumento de las conexiones aéreas, mientras los trenes que salen de la estación londinense de Paddington hacia localidades de Berkshire sufren retrasos.
Las autoridades locales trabajan con la policía y las fuerzas armadas para atender las necesidades de la población, si bien muchos británicos han criticado al Gobierno por no haber tomado medidas en su momento para evitar una situación como la que vive Inglaterra.
Un portavoz del Ministerio de Defensa dijo este martes a la agencia Efe que 130 miembros de las fuerzas armadas, muchos de ellos del Ejército y la Marina, se han sumado a las tareas de emergencia para colocar sacos de arena en algunas áreas a fin de contener las aguas.
La mayoría del personal militar trabaja hoy en el llamado Valle del Támesis, que desde hace 33 años no vivía inundaciones como estas.
El primer ministro, David Cameron, ha visitado el condado de Devon para conocer el alcance del desastre, en tanto que el titular de Defensa, Philip Hammond, hizo lo mismo en Surrey.
Cameron admitió hoy que el Gobierno tiene «un largo camino que recorrer para conseguir que el país pueda recuperarsede este devastador temporal», pero recalcó que «hará todo lo que pueda para coordinar los recursos».
«Es un enorme desafío. Hemos tenido el comienzo más lluvioso del año en 250 años, con el clima más extremo en décadas», dijo el primer ministro conservador en la localidad de Dawlis, en Devon.
La visita del «premier» a la zona se produjo en medio de la polémica en el Gobierno después de que el ministro de Comunidades, Eric Pickles, admitiese que no dragar los ríos en las zonas afectadas en los últimos meses había sido «una equivocación».
Esto provocó la reacción del presidente de la Agencia del Medio Ambiente, Chris Smith, que dijo que su personal sabe «cien veces más que cualquier político sobre inundaciones».
Además de los 16 avisos graves de inundaciones, esa Agencia mantiene 133 alertas de inundación, que obliga a la gente a tomar medidas, en su mayoría en las afueras de Londres.
Además, las autoridades han pedido a la población en algunas zonas de Gales que estén al tanto porque «pueden resultar afectadas por las lluvias de los próximos días».
Además de las lluvias, el Servicio Meteorológico ha anticipado nevadas en Escocia, norte de Inglaterra e Irlanda del Norte.
Desde finales del año pasado, el Reino Unido se ha visto azotado por un continuo temporal de lluvias y vientos de hasta 120 kilómetros por hora debido a corrientes procedentes del Atlántico.
Algunos expertos han advertido de que puede llevar meses conseguir que la situación vuelva a la normalidad.
El científico Andy McKenzie, del British Geological Survey, afirmó hoy que, incluso si deja de llover, el nivel de las aguas subterráneas es tan alto que algunas zonas pueden permanecer inundadas durante meses.
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