El diprotodon forma parte de la megafauna extinta atribuible al humano.
El hombre cazó hasta extinguir la fauna gigante de Australia, dice un estudio.
Ver articulo publicado el 30 de Abril 2012, en esta pagina.
SÍDNEY, AUSTRALIA
(23/MAR/2012).- Los seres humanos cazaron a los animales gigantes de
Australia hace unos 40 mil años hasta su extinción y eso contribuyó a la
apareciera la vegetación que ahora tapiza las áreas no desérticas del país,
según un estudio científico divulgado hoy.
La llamada megafauna
australiana estaba compuesta por marsupiales gigantes como el diprotodon -del
tamaño de un rinoceronte-, enormes aves, reptiles y monotremas, pero se
extinguió después de que los humanos se asentaran en este territorio, hace unos
42 mil años, según la información obtenida en hallazgos arqueológicos.
La
investigación de Susan Rule, de la Universidad Nacional Australiana, y
Christopher Johnson, de la Universidad de Tasmania, reafirma la teoría de la
responsabilidad humana en la desaparición de la megafauna en Australia y
descarta otras explicaciones vinculadas al uso del fuego y el cambio
climático.
Los científicos creen que los primeros seres humanos que
llegaron al continente cazaron a estos animales hasta eliminarlos y que con, su
desaparición, comenzó a aumentar la proporción de los arbustos esclerófilos de
hojas perenne, dura, resistente a la sequía, y que finalmente dominaron la
estructura de los bosques australianos.
"Al analizar el impacto de estos
herbívoros y las consecuencias de su extinción se responde también a preguntas
importantes sobre la historia natural australiana", dijo Johnson a la radio
ABC.
La investigación, publicada en la revista "Science", se basó en el
análisis de las esporas de unos hongos hallados en dos núcleos sedimentarios del
Cráter de Lynch, un pantano fosilizado situado en el noreste del estado de
Queensland.
En ese lugar encontraron que las esporas "sporormiella", que
crece principalmente en las heces de los herbívoros vertebrados de gran tamaño,
desaparecieron hace 41 mil años al igual que la fauna gigante y poco después de
la llegada del hombre.
Las muestras también revelaron que hubo dos
cambios climáticos importantes en los últimos 80 mil años, en los que la Tierra
se enfrió y calentó, pero que ninguno de los dos tuvo impacto alguno en la
presencia de la "sporormiella".
"Esto elimina el cambio climático como
causa de la extinción", dijo Johnson, según el cual, la población de estos
animales gigantes permaneció estable a pesar de períodos de sequía
severa.
Las conclusiones del estudio han recibido críticas como las de la
arqueóloga Judith Field, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, que considera
que la relación entre las esporas y la abundancia de megafauna no está
demostrada.
"La única evidencia que tenemos de la megafauna de Queensland
indica que desapareció antes de que llegaran los humanos", dijo Field al diario
Sydney Morning Herald.
"No tenemos pruebas arqueológicas sobre cacería a
gran escala de megafauna por parte de los humanos y sólo en dos yacimientos hay
pruebas de coexistencia", añadió la arqueóloga.
EFE / ELVA Mar-23 12:37 hrs
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