lun, 22 jul 2013 a las 22:17
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Científicos rusos hicieron un hallazgo inesperado. Durante una expedición en el barco científico “Académico Lavréntiev” se toparon, a gran profundidad, con colonias excepcionales de corales en el lecho del mar de Ojotsk.
Y es que su excepcionalidad radica en que hasta el momento se consideraba que sus aguas no podían alojar nada similar. Los especialistas aseveran que la vida que alberga fue una poderosa fuente de metano.
Este oasis de existencia se encuentra en la parte septentrional del mar de Ojotsk, no lejos de la isla de Paramushir. A una profundidad de unos setecientos ochenta metros, desde una ruptura de la corteza terrestre se despide una columna de burbujas de metano que alcanzan una altura de seiscientos cincuenta metros. Este gas crea en torno a sí colonias de organismos marinos, explicaba a nuestra emisora Víctor Ivin, subdirector de labores científicas del Instituto de Biología de la filial del Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia:
—El mar de Ojotsk es conocido por sus yacimientos de petróleo y de gas. Como resultado de procesos geológicos tiene lugar allí la filtración de metano gaseoso. En aquellos lugares que los científicos denominan sipami, léase filtraciones (del inglés seep), existen aquellas colonias que investigamos en nuestra expedición.
El científico agregaba que, hasta no hace mucho, se consideraba que la vida en la Tierra está ligada, exclusivamente, a la energía del astro rey. Sin embargo, en la década de los setenta del siglo pasado fueron encontrados organismos marinos que no dependen de la luz solar, sino que obtienen la energía a costa de aleaciones químicas de metano y de sulfuro de hidrógeno. Víctor Ivin describe así dicho proceso:
—En torno a esos seeps, o filtraciones, se desarrollan colonias de bacterias que se nutren del metano y generan una masa biológica considerable, o sea, una sustancia orgánica. Y en torno a esas colonias de bacterias se forman, a continuación, cultivos de organismos que consumen esa misma masa orgánica que generaron las bacterias metano tróficas.
Y, sin embargo, para los investigadores fue una sorpresa constatar que, en el lecho del mar de Ojotsk, crecieran colonias de corales. Y es que por lo general viven en mares cálidos, en las zonas tropicales de los océanos Pacífico, Índico y Atlántico. Oceanógrafos del Lejano Oriente lograron filmar con un robot submarino provisto con cámaras fotográficas y de vídeo, amén de manipuladores especiales, y juntar no solo corales sino además otros organismos marinos excepcionales. Especialistas destacan que muchos de ellos fueron por vez primera investigados en su medio de vida natural. Junto a la fuente submarina de metano, sobre la superficie del suelo fueron también descubiertos hidratos de gas, gas cristalizado que muchos denominan el combustible del futuro, subrayaba Víctor Ivin:
—Es archisabido que las reservas de petróleo en el planeta son limitadas. Los cálculos muestran que dentro de cincuenta a sesenta años se agotarán dichos yacimientos. Entonces se planteará el interrogante de la fuente de energía para la industria y la vida en general. De ahí que en los próximos diez años sea resuelto lo de la extracción de hidratos de gas.
El investigador subrayaba que la expedición llevada a cabo en el “Académico Lavréntiev” tiene una enorme relevancia para la ciencia. Hace veintisiete años se realizaron, por primera y única vez, investigaciones en esa región, cuando no se disponía de medios y sistemas técnicos tan perfectos que han ayudado hoy a los científicos a realizar un descubrimiento tan sensacional.
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