Por Miguel Artime | Astronomía para terrícolas – jue, 17 ene 2013
Este es el aspecto que podría presentar Marte antiguamente (Foto de Kevin Gill)
La imagen que ilustra este artículo debe resultaros familiar. Un planeta montañoso en el que se aprecian líneas costeras, grandes montañas, zonas verdes a causa de la vegetación. Y sin embargo, es imposible reconocer las formas continentales. ¿Será acaso una representación infográfica del aspecto que tenía la Tierra cuando todos los continentes se encontraban unidos en uno solo? Pues no, eso que veis en la ilustración es el aspecto que Marte pudo tener en el pasado cuando aún contaba con una espesa atmósfera y con agua líquida en superficie.
El trabajo virtual es obra del ingeniero informático Kevin Gill, quien tuvo en cuenta la geografía real del planeta rojo para ubicar el océano, que ocupa uno de los valles más grandes del sistema solar,Valles Marineris.
De hecho, se pueden apreciar las cumbres de los gigantescos volcanes de Marte (Olympus Mons, Pavonis Mons, Ascraeus Mons y Arsia Mons), ubicados todos ellos en la región de Tharsis.
Gill imaginó que esta región volcánica ecuatorial, situada a una gran altura, habría sido probablemente un desierto en aquellos tiempos. Sin embargo, a medida que las latitudes descendieran hacia el mar, el clima se haría más húmedo y la vegetación podría "supuestamente" abrirse camino.
Las sucesivas misiones de róvers a Marte han ido dejado patente que efectivamente el planeta fue una vez un mundo húmedo, con rasgos geográficos muy similares a los de nuestra Tierra azul. De hecho el último vehículo robótico de la NASA, el popular Curiosity, se encuentra en la actualidad circulando por un antiguo cauce fluvial dentro del Cráter Gale. Los expertos calculan que la altura del agua podía quizás alcanzar los 60 centímetros en aquel entonces.
También existen evidencias de barrancos enormes y deltas fluviales, que pueden observarse de la órbita. De hecho, puede apreciarse la antigua línea costera, formando el contorno de un vasto océano que probablemente llenó la profunda cuenca de Vastitas Borealis, en el hemisferio norte.
En el pasado, la atmósfera marciana debió ser así mismo mucho más gruesa que ahora. Con el paso del tiempo, los vientos solares fueron erosionando las capas altas de la atmósfera, ya que el planeta rojo - al contrario que la Tierra - no contaba con el escudo protector de una magnetosfera.
La única licencia "fantasiosa" que el autor se ha permitido, es precisamente la de añadir vegetación, porque hasta el momento no existe ninguna evidencia que soporte la presencia pasada de flora en aquel vecino planeta.
Para la aplicación de las texturas terrestres en este trabajo, el autor se inspiró en una de las fotografías más famosas jamás tomadas por la agencia espacial norteamericana: Blue Marble (la canica azul).
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