Ese pequeño punto azulEl 14 de febrero de 1990 se tomó una de las fotografías más célebres de la Historia. La sonda Voyager 1 en su misión a los planetas gigantes del sistema solar, antes de adentrarse en los confines del espacio, se giró por última vez hacia nosotros, apuntó su cámara hacia la Tierra y capturó la famosa imagen del “punto azul pálido”.
Desde la distancia, a tan solo unos 6.000 millones de kilómetros, nuestro planeta ya apenas se distingue en la inmensidad, flotando como una minúscula mota de polvo celeste de un tenue color celeste apagado. Ahí fuera, tan sólo representamos un diminuto grano de arena en el gigantesco océano cósmico del que hablaba Carl Sagan.
Y es que habitamos un Universo fascinante pero enorme, gigantesco… Las proporciones se hacen difíciles de imaginar para el hombre, una criatura acostumbrada a las distancias y medidas de ese planeta azul pálido. Planetas que harían enmudecer a nuestro vecino Júpiter, estrellas descomunales miles de veces mayores que nuestro Sol, galaxias colosales, cúmulos globulares de tamaños titánicos…
Sí, el Universo es enorme, pero… ¿Qué es lo más grande que hay en el Universo?
La respuesta nos la ofrece un equipo de astrónomos liderados por miembros de la Universidad Central de Lancashire que publica esta semana en la Revista Monthly Notices de la Royal Academy Society el descubrimiento de la mayor estructura jamás observada en el Universo.
La gran estructura de quasares LGP Se trata de una gigantesca agrupación de cuásares, denominadaLQG (Large Quasar Group) que mide 4.000 millones de años luz, lo que significa que, si pudiéramos viajar a la velocidad de la luz (aproximadamente a unos 300.000 kilómetros por segundo) tardaríamos 4.000 millones de años en atravesar esta formación.
Un quásar es un objeto astronómico que emite grandes cantidades de energía y radiación que comenzaron a observarse a mediados de la década de los años ’50 y que debido a esa gran emisión de energía fueron denominados con ese nombre “quasi estelar” puesto que se parecían mucho a grandes estrellas.
Se encuentran muy lejos de nosotros, a miles de millones de años luz de distancia, y se alejan rápidamente… tan rápido que algunos quásar viajan a velocidades cercanas a la velocidad de la luz. La teoría más aceptada hasta el momento afirma que en realidad son agujeros negros supermasivos que devoran ingentes cantidades de materia de lo que deriva su intensa luminosidad.
La agrupación de quásares descubierta estos días por estos astrónomos está compuesta por 73 de ellos y es tan enorme que supone un fascinante reto para algunas de las teorías establecidas en la actualidad.
Representación artística de un quasar - imagen ESO Por ejemplo, el conocido “principio cosmológico” que estableció Albert Einstein y que se ha confirmado durante las últimas décadas con multitud de datos y observaciones. Este principio afirma que si lo analizamos conjuntamente y a grandes escalas, el Universo es homogéneo, es decir, el reparto de la densidad es similar en todos los lugares del Cosmos.
Esta colosal concentración de quásares descubierta ahora, podría entenderse como un desequilibrio en esa homogeneidad cosmológica, algo que conociendo cómo son los científicos, es una posibilidad que les resulta fascinante.
El propio responsable del equipo de astrónomos y autor principal del estudio, Roger Clowes, declaraba: “Esto es muy emocionante, sobre todo porque va en contra de nuestra comprensión actual de la escala del Universo”
Referencia: Roger G. Clowes, Kathryn A. Harris, Srinivasan Raghunathan, Luis E. Campusano, Ilona K. Soechting, Matthew J. Graham, A structure in the early universe at z ~ 1.3 that exceeds the homogeneity scale of the R-W concordance cosmology
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