A principios de la década de los 60 el joven Stephen Hawking comenzaba a experimentar algunos síntomas preocupantes. Se encontraba estudiando Física en la prestigiosa Universidad de Cambridge cuando se le diagnosticó una terrible enfermedad: La esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Su futuro, en aquel entonces, era muy incierto y la mayoría de los doctores apenas le daban algunos años de vida.
Aquel anuncio cayó como un jarro de agua fría sobre las ambiciones de un incipiente físico que veía como sus sueños se veían de repente segados por su salud. Sin embargo, el tiempo fue pasando y, Stephen Hawking iba comprobando mes a mes que, no solo no moría, sino que sus ánimos iban mejorando hasta el punto de que decidió volver al estudio de la ciencia para conseguir su doctorado.
En aquel momento Hawking decidió que su estado físico no iba a impedirle alcanzar ninguna de las metas que se fijase. Ahora, transcurrido el tiempo y repasando toda su vida, tenemos que reconocer que ha llegado donde nadie imaginó que fuese posible…
Y sus últimas declaraciones son el testimonio vivo de que al célebre teórico no solo no le asusta nada, sino que pone el listón de sus nuevas hazañas bien alto… tan alto como que su último desafío lo ha situado en el espacio.
Se encontraba dando una de sus particulares charlas en un acto de apoyo a la asociación británica “Breath on UK” para niños que reciben ventilación mecánica de larga duración cuando, para animar a los jóvenes, les explicó que él mismo tiene que utilizar este tipo de asistencia respiratoria y eso no ha sido obstáculo para que haya viajado por todo el mundo, y que además, pronto espera ir al espacio.
Es posible que recordéis la famosa imagen de Hawking flotando en gravedad cero a bordo del avión Boeing 727 de la NASA, sin embargo de ahí al espacio hay un trecho y muchos se preguntarán si los nuevos anhelos de Hawking son realistas. No en vano, el físico tiene ahora 71 años y sus evidentes carencias físicas hacen que convertirse en astronauta sea algo imposible.
Pero lo cierto es que el físico no se tiró ningún farol y sus declaraciones no son tan descabelladas como puede parecer a primera vista. Y es que, Hawking sabía de lo que hablaba y se refería a los próximos vuelos espaciales que pronto estarán disponibles gracias al programa del multimillonario Richard Branson y su Virgin Galactic.
Hace tan solo unos días, el pasado 29 de abril, tenía lugar un hecho crucial para los sueños espaciales de Stephen Hawking y de cualquier amante de la exploración espacial: el primer vuelo del SpaceShipTwo (SS2). Se trata del prototipo más avanzado que existe hasta el momento de cara a conseguir verdaderosvuelos espaciales turísticos.
La SS2, después de multitud de test y vuelos de prueba, consiguió por fin su primer objetivo alcanzando los 16 kilómetros de altura, en un viaje de 45 minutos de duración que terminó exitosamente con el aterrizaje en la base situada en el desierto de Mojave.
Si todo continúa sin complicaciones, Virgin Galactic prevé alcanzar el espacio a finales de este mismo año, contando con dos pilotos como tripulación y seis turistas espaciales… Uno de ellos podría ser Stephen Hawking que podría así cumplir su sueño de convertirse en astronauta.
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