A finales del pasado mes de Abril, un extraño “monstruo marino” fue encontrado en la playa neozelandesa de Pukehina. Se trataba de un enorme animal, a medio descomponer, con una dentadura bastante curiosa y un aspecto que recordaba a seres prehistóricos. Los visitantes no eran capaces de reconocerlo, y como suele ocurrir en estos casos, se desataron las especulaciones.
Las primeras sospechas fueron las habituales en estos casos. Como suele ocurrir cuando se encuentra algún cadáver de un animal marino de gran tamaño, las opciones de una especie de ballena o delfín muy antiguo, antecesores de los animales modernos, suelen ser las más repetidas.
Pero también hubo quien propuso explicaciones aún más curiosas. Por ejemplo, dinosaurios marinos que hasta ahora no habían sido descubiertos, y que rondaban las aguas de esta zona del planeta escondidos desde hace millones de años.
Todas estas opciones resultaban poco creíbles. Para intentar dar con la verdad, alguno de los espectadores grabó un vídeo y lo subió a una de las plataformas de publicación de este tipo de archivos más famosa. En la descripción exponía que se trataba de un ser de más de nueve metros de longitud, con enormes dientes y aletas rudimentarias. También pedía ayuda para identificarlo.
La respuesta la dió un especialista en mamíferos marinos. La pista definitiva se encontraba en la estructura de las aletas. Se trataba de una orca (Urcinus orca). Esta especie tiene una población bastante abundante en las agua de la bahía de Plenty, que baña la playa de Pukehina.
Cuando estos animales mueren en el mar, es bastante habitual que acaben llegando a las playas. El cadáver a la deriva es arrastrado por las mareas y termina varando. Durante el trayecto suele sufrir ataques de carroñeros y daños en sus tejidos. También comienza el proceso de descomposición, y por todo ello el aspecto resulta poco reconocible.
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