El más antiguo conocido.
Foto: WEIZMANN INSTITUTE
MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de científicos israelíes han descubierto en la Cueva de Qesem (Israel) un yacimiento que data de hace unos 300.000 años, los restos de un hogar. Se trata de la prueba más antigua del uso continuado de fuego en un mismo lugar. Según los expertos, este descubrimiento ayuda a comprender cómo era la estructura social y la capacidad intelectual de los humanos hace tanto tiempo.
Las excavaciones en la Cueva de Qesem se iniciaron en el año 2000 y, desde entonces, se han recogido múltiples pruebas que se analizan de manera detallada en el laboratorio. En esta ocasión, los científicos han identificado lo que parecía ser un grueso depósito de ceniza de madera dentro de la cueva.
El análisis se ha llevado a cabo a través de una espectroscopia infrarroja. Gracias a este proceso, los autores del trabajo, Avi Gopher, Ran Barkai y Ruth Shahack-Gross, fueron capaces de determinar que esta ceniza contenía también trozos de hueso y que el suelo en el que se hallaba se había calentado a temperaturas muy altas. "Se trata de una prueba concluyente de que la zona había sido el escenario de una gran chimenea", ha apuntado Shahack-Gross.
Además, en el área estudiada en la cueva, en su exterior y en su interior, los arqueólogos encontraron una gran cantidad de herramientas de piedra que, según han indicado los expertos, fueron claramente utilizadas para cortar carne. Por el contrario, las herramientas de sílex descubiertas a pocos metros de distancia estaban diseñadas para usar en diferentes actividades.
También en los alrededores de la zona hay un gran número de huesos de animales quemados, una prueba más del uso del fuego para cocinar la carne.
DESARROLLO HUMANO
Este descubrimiento demuestra que los humanos tenían la cueva dispuesta en diferentes zonas para llevar a cabo diferentes actividades "domésticas", según ha apuntado la arqueóloga. "Hay una organización del espacio y, por lo tanto, un orden de tipo social que es típico de los humanos modernos", ha añadido. A su juicio, esta era una especie de campamento base al que los humanos prehistóricos volvieron una y otra vez.
"Estos resultados nos ayudan a fijar un punto de inflexión importante en el desarrollo de la cultura humana: aquel en el que el hombre comenzó a utilizar con regularidad el fuego, tanto para cocinar la carne y como punto focal --una especie de fogata-- para reuniones sociales", ha indicado.
En este sentido, ha asegurado que esto también dice algo acerca de los "impresionantes niveles de desarrollo social y cognitivo de los seres humanos que vivieron hace unos 300.000 años".
Los investigadores creen que estos hallazgos, junto con otros, son signos de cambios sustanciales en el comportamiento humano y de la biología que se iniciaron con la aparición en la región de las nuevas formas de la cultura --y de una nueva especie humana-- hace unos 400.000 años.
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