MADRID, Junio (EUROPA PRESS) -
Más de 100.000 niños refugiados sirios en Jordania y Líbano se ven obligados a trabajar, en algunos casos hasta doce horas diarias, para ayudar a sobrevivir a sus familias, según ha alertado este jueves la ONG CARE coincidiendo con el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
En Jordania, según los datos del Gobierno, unos 60.000 niños refugiados sirios han abandonado sus estudios para trabajar, una cifra duplica a la de hace tres años. Esto se debe, según la sección francesa de esta ONG, a que los alquileres han aumentado casi un 30 por ciento en un año, obligando al 90 por ciento de los refugiados a endeudarse.
"Alrededor del 36 por ciento de las familias registradas ante CARE están encabezadas por mujeres. Sin recursos ni cabeza de familia varón capaz de trabajar, los niños deben ayudar a su familia a sobrevivir y, por ello, abandonan la escuela", ha explicado la directora de CARE Jordania, Salam Kanaan.
La ONG ha lamentado el impacto social y psicológico para los niños, muchos de los cuales trabajan en condiciones muy difíciles recogiendo chatarra o plásticos o en obras. "Trabajar más de doce horas al día, todos los días de la semana, en condiciones cercanas a la explotación, deja una cicatriz adicional en el corazón de los niños ya traumatizados por la guerra y la huída", ha subrayado Kanaan.
En el caso de Líbano, según CARE, al menos 50.000 niños refugiados sirios trabajan. De acuerdo con esta ONG, solo el 30 por ciento de los menores sirios que viven actualmente en Líbano, donde hay más de un millón de refugiados sirios, van a la escuela.
Para evitar que los menores tengan que trabajar, CARE está ofreciendo dinero a sus familias. En el caso de Jordania, durante los próximos diez meses un total de 100 familias recibirán 73 euros con el fin suplir el dinero que habrían ganado los niños si trabajaran. Asimismo, CARE también ayuda a las familias a buscar fuentes de ingresos alternativas.
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