EVANGELIO DE MATEO

EVANGELIO DE MATEO
TODOS VERÁN AL HIJO DEL HOMBRE VENIR SOBRE LAS NUBES DEL CIELO CON GRAN POTENCIA Y GLORIA (MATEO 24:30)

jueves, 2 de julio de 2020

NOSOTROS ESTAMOS ENTRE VOSOTROS





DEL CIELO A LA TIERRA

HE ESCRITO EL 8 DE MAYO DE 2020:

¡NO SOMOS DEL MUNDO, ESTAMOS ENTRE VOSOTROS!
NUESTRO AMOR Y NUESTROS ELEVADOS PRINCIPIOS UNIVERSALES PERSONIFICAN VUESTROS ESPÍRITUS. NOSOTROS CONVIVIMOS CON VOSOTROS, JÓVENES INICIADOS DE LA TIERRA. AUNQUE NO NOS VÉIS CON LOS OJOS DEL CUERPO, EL OJO DE VUESTRO ESPÍRITU VE Y DISFRUTA DE LA LUZ DE NUESTRO AMOR.
¡SEGUID ADELANTE!
EN EL CUERPO, EN EL ALMA Y EN EL ESPÍRITU DE QUIEN HA ESCRITO SE EXPRESA EL ALMA DE NUESTRA GRAN CONFEDERACIÓN UNIVERSAL.
A LOS LECTORES DE ESTE MENSAJE RECOMENDAMOS ESTUDIAR LO QUE NUESTRA LADY ÓSCAR OS OFRECE AQUÍ, EN EL ESCRITO FILOSÓFICO ADJUNTO.
¡PAZ!

HE AGRADECIDO A MI AMIGO ALIENÍGENA SETUN SHENAR

EN FE
G.B.

PLANETA TIERRA
8 de mayo 2020 


Quiénes son nuestros Maestros del cosmos

Por Francesca Panfili

La verdadera morada del hombre es el Espíritu. Esta es la casa celeste que lo aúna a Dios.

Sólo a través de la contemplación y de la comprensión de las Leyes del Espíritu, el hombre puede encaminarse por el encaramado camino de la evolución hacia su verdadera morada. Una morada que no es un logro estable sino una obra en construcción perenne porque el dinamismo creativo siempre corresponde a la naturaleza infinita de la evolución para adquirir cada vez más conocimiento y realización interior de lo Impalpable que mueve la vida y el universo.

Esta es una de las enseñanzas de nuestros queridos Maestros del Cielo.

Si pensamos en la grandeza de estos Seres que nos visitan, podemos divisar la grandiosidad adormecida en la economía creativa y la naturaleza misma de la dación como medio de amor altruístico y desinteresado para ayudar al hermano y como fin para continuar la espiral evolutiva en las dimensiones superiores.

Esforcémonos en ser a su imagen y semejanza.

Aprendamos el arte de la vida y la sabiduría de ellos, nuestros Amigos, Maestros y Hermanos, que vienen aquí inspirados por el conocimiento del Amor verdadero.

Ellos que se emocionan frente a nuestras intuiciones, ellos que se enamoran cuando luchamos por la Vida, ellos que nos consideran un precioso reflejo de Dios.

Ellos que lloran cuando nos arrepentimos y superamos la prueba, ellos que intentan indicarnos el camino reconduciéndonos a la melodía que marca el ritmo del cosmos.

Su presencia en nuestras vidas es constante, a veces su apariencia es silenciosa. Cuando no estamos en sintonía con las Leyes de la vida percibimos su silencio como ausencia, sin embargo, estos Jardineros del cosmos, cuidan con atención, meticulosidad y delicadeza cada ámbito de nuestro jardín anímico, espiritual y físico, cortando la cizaña que crece en nuestros corazones, podando las espesas ramificaciones de nuestros pensamientos, cuidando con sabiduría los brotes cuando están listos para florecer. Riegan nuestra existencia con el agua de la vida, siguen nuestras reflexiones cotidianas. No pasa un día en que no pensemos en ellos. Ellos son el hito de nuestra existencia. Son Maestros valiosos. Son nuestros faros en la niebla. Son nuestros verdaderos amigos porque el valor sagrado de la fraternidad y de la amistad no se desarrolla en ellos en un nivel de la lógica binaria de la posesión y de esperar algo a cambio, o por estúpida pretensión.

Ellos, incomprendidos por la mayor parte del mundo que rechaza este gran ofrecimiento de amor, habitan en cada instante en los pensamientos de quien ha comprendido que poner su propia vida en sus manos significa la edificación de una parte del maravilloso jardín creativo.

Ellos son los antiguos Sabios. Son los Maestros de la dulce mirada, aquellos que obedecen y se funden con el Oyente silente de nuestros pensamientos.

Sondean nuestras vidas, nos corrigen con palabras de Verdad pura, raptan nuestro corazón con el amor del Padre que representan, nos proveen la clave de la existencia, se alegran cuando nos arrepentimos después de una caída.

A veces parece que están lejos de nosotros, lugares de esperanza antigua que viajan hacia otras llanuras del cosmos, pero si revivimos dentro de nosotros su sonrisa y su alegría de existir, ahí están listos para manifestarse en las formas más increíbles e inesperadas.

Nos recuerdan que están aquí, entre nosotros, por amor de Cristo. Nos toman de la mano con su fuerza invisible a los ojos de los necios, pero visible a los ojos de los iniciados que han sido conducidos por ellos hacia el proceso de renovación y resurrección del Espíritu.

Su amor es incontenible, de otros mundos, se puede decir realmente.

En sus ojos está la mirada de Dios que actúa en el curso de la historia de la vida y que nunca ha abandonado al hombre. En sus ojos está el Padre que nos mira y nos da la posibilidad de reconocernos como hijos, como por primera vez.

La eternidad y la grandeza que estos Seres han realizado hacen que sean Dioses.

A veces me pierdo imaginando cuán grande es su capacidad realizativa.

A veces me pregunto sobre esa artesanía de amor y conocimiento que guía sus pasos esperando descubrir siempre algo más.

A veces nos conceden coloquios de Gnosis sublime, se dejan interrogar por nuestros espíritus y nos transportan en volumétricos razonamientos que amplifican nuestra visión de la vida.

Ellos me han enseñado a ver más allá y me han dejado sin palabras con esa Verdad desadornada que nos han concedido saborear. Hoy esta Verdad es el alimento más precioso que necesitamos para nutrirnos. Es el Pan de la vida que nos permite acercarnos a la Mente Omnicreante comprendiendo una parte de su razonamiento.

En ellos reconozco mi potencial naturaleza que lucha para ir hacia el camino del Padre, hacia la abstracción más sublime del pensamiento, hacia la comprensión de las sutiles dinámicas que están en la base de cada forma de creación manifiesta e inmanifestada.

En estos días de cuarentena pienso en las lecciones que estos queridos Maestros nos han dado y veo que todo lo que han dicho se está cumpliendo inexorablemente. Observo nuestras vidas que nacen al ritmo de sus mensajes, percibo nuestro corazón humano que se sintoniza cada vez más con la sinfonía divina de su existencia. Comprendo que ellos siempre han estado para nosotros, incluso cuando, bajo tentación, hemos puesto en tela de juicio sus proezas. Ellos estaban ahí y nos daban confianza. Nos envolvían con su amor y con la severidad de quien conoce el peligro de la perdición del espíritu.

Aquí estoy entonces para dar más de mi misma hasta que me convierta en una única cosa con ellos, hasta que la esperada fusión de los espíritus y la adorada personificación se cumpla y el uno y el otro puedan cohabitar en el mismo vehículo psicofísico exento de condicionamientos humanos o otras incumbencias.

Espero con paciencia y devoción reverencial el día en que mis restos mortales cederán completamente el lugar a la inteligencia Onnicreante que se manifestará a través de sus instrumentos y en mí vibrará esa Verdad que es cruz y delicia para inclinarme al servicio de Dios. Pero hasta el día en que ese sueño de amor se haga realidad y mi espíritu pueda tocar el infinito con un dedo, me prometo a mí misma permanecer fiel al ideal que tenemos en común por el cual obramos junto a estos Maestros que se asombran con pureza y encanto ante la presencia de toda forma de vida consciente de todo lo que es y que siempre será.

Sólo ahora entiendo un poco más el sentido de la frase 'confía en mí' que uno de ellos que camina entre nosotros me dijo un día mirándome a los ojos.

Nosotros ignoramos el futuro de la vida y somos atacados por el peso vehemente de la materia que comprime el espíritu. Quien conoce las leyes y dialoga con Dios haciendo su voluntad, sabe lo que es mejor para nuestra evolución. Cada prueba y cada estúpido juicio que podemos proporcionar en la ignorancia del corazón y de la mente es sólo una repetición del error que nos encarcela en la oscuridad del ego.

Basta con recordar incluso una sola sonrisa de estos seres que siempre nos han amado, incluso cuando hemos caído, para comprender que su amor va más allá y que la lógica de Dios es justa. A lo mejor no lo comprendamos enseguida, pero con en el tiempo, los designios que el Padre ha concretizado en el mundo y en nuestras vidas, se manifiestan y nos demuestran, con fuerza, la validez de las justas elecciones que hacemos o la hecatombe de los efectos de una Ley que existe más allá de nuestro pequeño yo.

Elijamos ser partícipes de la danza cósmica de estos grandes y antiguos Amigos que han visto surgir nuestra alma y han comprendido las peculiaridades y los talentos que Dios desea que broten dentro de nosotros como flores delicadas sabiamente cultivadas por estos misteriosos Dioses, presentes y operantes cada vez más en nuestra vida.

Cuanto más nos libremos de nuestro viejo yo, más la verdadera morada del espíritu será adornada con flores perfumadas de infinito que perfumarán de Rey del universo.

Este es el gran recorrido que el iniciado tiene que cumplir para que la rosa florezca sobre la cruz, para que la Gnosis plasme su vida, para que Dios cuente con preciosos instrumentos para expresar sus ideas en el curso de la existencia. Así sí daremos los importantes pasos del camino de la ascensión hacia el uno.

Estos queridos Maestros hablan a tu corazón, te buscan, aunque tú no los conozcas, aunque tú los rechaces. ¡Acógelos!

Acoge su amor en tu vida y recibirás, así, el regalo más grande que puedas tener: la Vida y el ideal en común por el cual existir cada día, sabiendo que cuando diriges tu mirada hacia el cielo, ese universo infinito te hablará y te colmará de la alegría más grande, la alegría de haber encontrado verdaderos amigos, verdaderos Maestros, padres y madres que nunca has tenido, amantes que siempre has deseado, sabios que siempre has buscado. Y así, una vez que percibas toda su grandeza desarmante, sentirás la alegría de donarles a ellos y a la Causa que representan toda tu vida, porque descubrirás que solo así podrás sentirte vivo y podrás sentir correr en tus venas el sentido de la existencia que siempre has buscado.

Te lo deseo. Lo deseo para todos nosotros, de todo corazón.

Gracias preciosos Maestros. Quedaos siempre con nosotros. No nos abandonéis nunca.

Con todo mi amor

Francesca

Gubbio 1.5.20

Todo el amor que sentimos por vosotros queridos Maestros

A vosotros Hermanos de la Luz

A vosotros grandes Espíritus que manifestáis la Verdad Universal

A vosotros que sois la Luz que nos indica el Camino estrecho de la iniciación

A vosotros que sois nuestros Maestros de la dulce mirada

A vosotros que nos habéis raptado con el amor y con la potencia de la Gnosis

A vosotros que camináis por el mundo llevando la Llama de Cristo

A vosotros que acariciáis nuestro espíritu despertándolo con la alegría de la enseñanza

A vosotros, queridos Maestros, custodios del Fuego Solar, que nos concedéis el honor de llamaros Amigos, Hermanos y Compañeros

A vosotros íntimos confesores de nuestro corazón

A vosotros esperanza de nuestro futuro y salvación del presente

A vosotros que correspondéis con cariño a todo el amor que sentimos por vosotros y aceptáis nuestras humanas debilidades a pesar de la inmensidad de la transcendencia que sabéis que contenéis

A vosotros os dedicamos toda nuestra vida, esperando, un día, poder fundirnos en vuestro abrazo cósmico y saborear, así, un poco de vuestra eternidad, reflejando la misma Luz que lleváis al mundo

A vosotros que os fiáis de nosotros, que creéis en nuestro amor y en nuestros talentos

A vosotros que os alegráis cada vez que hacemos emerger nuestra real identidad

A vosotros todo nuestro amor y nuestra gratitud por habernos hecho resurgir de las cenizas del olvido

El corazón no logra contener todo el trasvase de grandeza que volcáis cuando, con la alegría del espíritu, manifestáis el éxtasis del encuentro

Os amo grandes Padres y grandes Madres, inmensos portadores de la obra del vuestro y nuestro querido Maestro Jesús Cristo

Os llevamos siempre en nuestros corazones con la misma alegría de un niño que admira por primera vez el encanto de los arcoiris

Guiadnos, acompañadnos, protegednos, difundid dentro de nosotros vuestra eterna sabiduría, tutelad nuestros espíritus de las fuerzas del mal, haced que seamos portadores de la misma Llama que contemplamos junto a vosotros

Haced que seamos dignos de vuestra Gnosis

Haced que seamos herederos de la esencia de lo Auténtico que representáis y encarnaiss en cada espacio y en todo tiempo

Velad sobre nosotros, queridos Maestros, y recordadnos siempre la fidelidad a nuestro común ideal

En la espera de encontrarnos con vosotros un día no lejano y de surcar juntos los cielos del infinito, y seguir juntos a conocer las maravillas de Dios

Proteged y sustentad con vuestra incesante fuerza a Aquel que es uno de vosotros entre nosotros que ha venido a la Tierra por amor y servicio a nuestro amado Maestro Jesús Cristo

'Nosotros y vosotros, hermanos por la eternidad, en viaje por el cosmos'

Gracias por nuestro existir juntos

Gracias por palpitar juntos en este instante llamado vida.

Nosotros somos porque vosotros estáis, estabais y siempre estaréis con nosotros.

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