Todas las centrales nucleares de Estados Unidos están desprotegidas frente a ataques terroristas, incluyendo el robo de material para fabricar bombas o realizar sabotajes a fin de provocar una fusión nuclear.
Así lo advierte el informe del Proyecto Prevención de Proliferación Nuclear (NPPP, por sus siglas en inglés), de la Universidad de Texas, que incluye en la lista 104 reactores nucleares de uso comercial y tres reactores de investigación.
Entre las centrales más vulnerables se encuentran Diablo Canyon de California, St. Lucie de Florida, Brunswick de Carolina del Norte, Surry de Virginia, Indian Point de Nueva York, Millstone de Connecticut, Pilgrim de Massachussets y Proyecto del Sur de Texas, así como tres reactores de investigación, incluido uno ubicado a 39 kilómetros de la Casa Blanca.
Alan Kuperman, coordinador de NPPP y coautor del informe, sostiene que tras los ataques del 11 de septiembre, cuando las plantas nucleares apenas podían resistir ataques de varias personas, el Gobierno hizo algunos avances, aunque -subraya-, esto "no responde a la preocupación que tenemos sobre los reactores nucleares".
"Sería una tragedia si Estados Unidos tuviera que volver la vista atrás después de un ataque contra un reactor nuclear y dijera que pudo haber hecho más para prevenir la catástrofe", dijo Kuperman.
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