Los técnicos del Instituto Geológico y Minero están ultimando el informe que les encargó el Ministerio de Industria y podrían entregarlo la semana que viene.
Madrid 1 NOV 2013 - 09:22 CET
El informe científico sobre el proyecto Castor, aún en elaboración, pronostica que habrá más microterremotos si el Gobierno no paraliza definitivamente la planta de almacenamiento de gas, según asegura hoy la Cadena Ser, que cita “fuentes conocedoras del proceso”. Los técnicos del Instituto Geológico y Minero (IGME) están ultimando el informe que les encargó el Ministerio de Industria y podrían entregarlo la semana que viene.
Los científicos ya dijeron a principios de octubre, en cuanto recibieron el encargo de Industria, que no se podía descartar que volviera la actividad sísmica si se ponía en marcha de nuevo el Castor. De hecho, la propia empresa ha reconocido siempre que los terremotos más pequeños, los de magnitud inferior a 3, se deben a su actividad. Las técnicas de inyección de gas en el subsuelo como la que utiliza Castor para almacenarlo a grandes profundidades están asociadas a lo que se conoce como sismicidad inducida. Son seísmos, sin embargo, que la población no percibe.
También se sabía que no ha sido la falla de Amposta, sobre la que se asienta el depósito, la que ha provocado los terremotos de mayor magnitud –los ha habido hasta de 4,2, y la población del entorno de Vinaròs (Tarragona) los ha percibido claramente--, sino una más pequeña situada en el entorno, probablemente no cartografiada. Los expertos ya la tienen localizada, según relataron dos fuentes a EL PAÍS hace unos días. La Ser asegura que el informe no descarta que se pueda volver a despertar si vuelve la actividad al subsuelo de la zona.
En realidad, los técnicos del IGME no descartan prácticamente nada. Fuentes consultadas por este diario siempre han repetido que el informe que harán es de carácter técnico, mientras que la decisión de permitir que vuelva a usarse Castor es política y económica. Dada la sismicidad inducida que acarrean estos proyectos, ningún científico puede firmar si es seguro “al cien por cien” –la expresión que empleó el ministro de Industria, José Manuel Soria, como condición para reabrir Castor—reanudar una actividad que inyecta gas en un subsuelo sísmicamente activo.
La Generalitat catalana desactivó su plan de emergencia sísmica (Sismicat) el pasado 29 de octubre, tras registrar seis días sin terremotos en la zona del Castor. Durante la crisis se han producido más de 600 seísmos.
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